Fuente: http://laprincesseausoleil.blogspot.com/
Casi todo lo que llega y leo de Japón me produce una profunda incomprensión. Como el loco código del Bushido, que impedía a los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial rendirse. Locos, cegados por un odio sólo equiparable a las SS Wafen.
Si no fuera por la literatura japonesa, su cine y el judo, no los amaría, no.
Hay una noticia, extraña, que sí he entendido. Es la rebelión de los onanistas, básicamente hombres, básicamente japoneses.
Dice la noticia:
«Un estudio realizado por el gobierno japonés confirma el creciente desinterés por la pareja y el sexo en la sociedad nipona que, desde la década de los 70, ha visto bajar el número de matrimonios. El 60% de los hombres y el 50 % de las mujeres entre 18 y 34 años no tienen pareja. El informe sostiene que muchos de los jóvenes ni siquiera buscan pareja
Japón, cuna de tendencias, en 2007 ya definió una nueva categoría de hombre, los soushokukei-danshi (hombres herbívoros) que tendrían como rasgos característicos la evasión por el sexo, el gusto por la ropa, la dieta, el ahorro y la necesidad de vivir una vida tranquila alejada del estrés competitivo de la sociedad nipona.».
Y a todo esto, solo me cabe añadir aquello de ¡¡¡¡Banzai!!!! Aunque a este paso el emperador se quedará sin súbditos.
La rebelión de los onanistas