Revista Cultura y Ocio

La rebelión de Túpac Amaru II

Por Joaquintoledo

José Gabriel Condorcanqui Noguera nació el 19 de marzo del año 1738 en Tinta, y es también conocido con el nombre de Túpac Amaru II. Era éste un cacique, pero de los pocos que quedaban justos. Había realizado sus estudios en el Colegio San Francisco de Borja en Cusco y hablaba quechua tan bien como el latín, además del indispensable español.

Se casó con Micaela Bastidas el 25 de mayo de 1758, quien le acompañaría fielmente en su causa toda la vida, y fijó  su residencia en la otrora ciudad imperial. Su cacicazgo abarcaba las zonas de Tungasuca, Pampamarca y Surimana, y se dedicaba generalmente al traslado de mercaderías mediante su grupo de mulas. Empero, tras las reformas borbónicas, el sistema en base a arrieros de redujo, debido al libre comercio y la ruptura con el monopolio. Ante esto, José viajó hasta Lima para solicitando la creación de la Audiencia en el Cusco para que se resuelvan estos asuntos que perjudicaban a las clases bajas y mayorías, pero no se le hizo caso. En Lima aprovechó para entablar contacto con algunos criollos ilustrados, si bien al regresar a Cusco, se percató que lo mejor era usar la fuerza. La rebelión de Juan Santos Atahualpa, le sirvió también de motivación.

La revolución de Túpac Amaru

Su primer movimiento fue ajusticiar al corrupto corregidor Arriaga en noviembre de 1780. Habiendo reunido mucho adeptos, la población india que iba con él, decide que el prisionero debía ser ahorcado. Inmediatamente todas las zonas que era de su jurisdicción, se rebelaron contra la explotación campesina y se decretó la anulación de la mita y la esclavitud. Una cosa era cierta, no estaba en contra del rey al inicio, sino del mal gobierno virreinal. Luego de la batalla de Sangarara, sus acciones se expanden a Cusipata, Tinta y Checacupe. Pronto el movimiento tuvo tanta aceptación y se esparció por todo el virreinato, que se terminó radicalizando. En efecto, lo empezaron a apoyar muchos curacas, mestizos y hasta criollos liberales. Como era de esperarse el movimiento degeneró de una simple protesta contra las malas leyes y el estatus quo, hacia una campaña independentista, tal cual sucedió en Estados Unidos. José tomó el nombre de Túpac Amaru II como despiste y en honor a su antepasado. Pronto propuso eliminar el yaconaje, el latifundismo (o sea en esencia el feudalismo), y romper totalmente con la metrópolis.

Como él era un curaca, en un inicio los criollos cercanos le ofrecieron su apoyo, vero viendo estos peligrados sus intereses, fueron abandonando este movimiento de masas y clases bajas, por lo cual muchos terminaron traicionándolo. Por otra parte, los hispanos sabían bien de las querellas y rencillas que existían entre caciques y aprovecharon para poner a muchos de ellos en contra de Túpac Amaru II. En efecto, éste último pertenecía al grupo quechua y estaba enfrentado al de los aymaras, dirigidos por los Catari. Si bien los sectores que lo apoyaban intentaron librar una guerra de guerrillas atacando las posiciones españolas y sus líneas de suministros, todo terminó demasiado pronto, cuando Túpac Amaru, fue capturado en Langui, al igual que su familia. Todos fueron torturados y muchos otros muertos delante de su presencia en el colmo de la humillación. La pena que se le imputó fue la muerte, el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de Armas de Cusco. Toda su familia, incluida Micaela Bastidas, a quien se dice previamente se le había cortado la lengua, y algunos de sus hijos, fueron asesinados en su presencia. A él también le cortaron la lengua y le torturaron.

Para su ejecución, se ideó un modo poco ortodoxo: el descuartizamiento tirado por cuatro caballos en cada una de las extremidades. Si bien no se tuvo éxito, sus brazos y piernas quedaron desarticulados. Entonces se ordenó que se le decapite y luego su cuerpo fue despedazado. Todo esto sucedió bajo el gobierno del virrey Jáuregui. Es cierto que la rebelión no fue suprimida del todo y los amerindios quisieron continuar la rebelión con la esperanza de prolongarla indefinidamente. Tras su muerte la dirección pasó a su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru desde Azángaro, así como también el de los hermanos Tupac Catari y Pedro Vilca Apaza. La reacción del gobierno colonial no se hizo esperar, y muchos fueron exterminados salvajemente, y por otro lado hasta se prohibió la enseñanza del quechua. Muchos libros como los Comentarios Reales de los Incas, del Inca Garcilaso, se colocaron en el index, o lista de libros prohibidos. La rebelión continuó extendiéndose hasta el Alto Perú y llegó hasta la zona de la actual Jujuy en Argentina. Pero no sólo allí sino hasta en lugares como en Nueva Granada y Quito hubo insurrecciones y movimientos similares inspirados en Túpac Amaru, que a la larga terminarían motivando la independencia de las colonias.

Es por ello que este cacique es tan recordado y admirado por múltiples personas en América y el mundo, llevando muchos su nombre con orgullo hoy en día. Existen muchas plazas y monumentos en su honor, en justo reconocimiento de este precursor de la independencia no sólo del Perú sino de América, con respecto a las cadenas que imponían los españoles a los hijos del nuevo continente, independientemente de su clase o raza, pues Túpac Amaru siempre intentó ganarse el apoyo de todos los que integraban los dominios hispanos, conocidos por ser una Babilonia de etnias.


Volver a la Portada de Logo Paperblog