Revista Cultura y Ocio

La reina de las ciencias

Publicado el 11 marzo 2012 por Dean
«No hay sabios que gustosamente no colocaran la ciencia de la que se ocupan en el centro de todas las ciencias, casi en la misma forma que los hombres primitivos se colocaban en el centro del mundo, persuadidos de que el universo había sido creado por ellos. Las profesiones de muchos de estos sabios, examinándose filosóficamente, encontrarían, posiblemente, incluso, además del amor propio, causas de peso suficiente para su justificación» D'Alembert
La reina de las ciencias Biología, Astronomía, Física, Química, Geografía, Demografía, Antropología, Economía, Psicología, Sociología, y muchas otra ramas de la ciencia, más todas las ciencias aplicadas, pero una es la reina y señora, la que domina a las demás, la que hace y deshace a su antojo, me refiero a la politología o ciencias políticas. El mundo lo dominan los que saben de política, y así ha sido desde siempre. Obama, Sarkozy, Merckel, Rajoy, son sólo títeres de los verdaderos conocedores de los entresijos de la política. En España, los grandes empresarios y grandes fortunas gestionan la política para que las leyes y decretos les favorezacan, los banqueros hacen otro tanto, pero ¿qué pasa con los otros 40 millones de españolitos? Pues sencilla y llanamente que no sabemos nada de política, y lo gritamos de viva voz en las calles, nos interesa que la fiesta del toro embolao no se acabe, o la del toro enmaromado, o la del toro de Coria, o el toro de la Vega de Tordecillas, o la pava de Cazalilla, o la cabra de Maganeses de la Polvorosa, o los gallos de Guarrate, o las corridas de gansos de Carpio del Tajo, o que el fútbol siga siendo igual de apasionante, o que la televisión nos siga dando a raudales ídolos como Belén Esteban o Torrente, a la par que programas de la talla de Gran Hermano, que la semana santa siga siendo la semana mayor, y los carnavales, y las fallas, y un larguísimo etcétera.
Es curioso que la ciencia política moderna haya nacido en el siglo XV con Maquiavelo, pero más curioso todavía que sus recomendaciones sigan siendo llevadas al pie de la letra por los modernos artistas de la política, el grupo Bilderberg, La comisión trilateral, el club de Roma, o cualquiera de esos grupos en la sombra que manejan los hilos del mundo, esos que nos han llevado al fin programado de la democracia. Porque aunque a muchos les cueste aceptarlo, la democracia de un estado significa que el poder reside en la totalidad de los miembros de ese estado, y no que se encuetre en las manos de unos pocos. Nuestros hijos y nietos tendrán que dar un repaso a la historia para entender estos conceptos pero no los vivirán en carne propia. La democracia no pudo sostenerse más y sucumbió a la mal llamada globalización; al mundo se le ha hecho creer que se iba a globalizar todo, pero lo único que se ha globalizado es el comercio, el dinero y el poder financiero, mientras que el hambre, las injusticias, la desigualdad social jamás se han tenido en cuenta en el proceso de globalización. 
El mundo está lleno de payasos y títeres de los poderes políticos, lleno de técnicos, ingenieros, médicos y arquitectos, lleno de artistas, de vividores, pero carece de educación política, mientras que sean unos pocos los que se preocupen por conocer los entresijos de la política, los demás tendremos que conformarnos con vivir en esta especie de libertad controlada, condicionada y acomodada. Mientras que el común de la gente se olvide de participar activamente en la política, los Maquiavelos modernos seguirán haciendo de las suyas, mientras nos creamos tan modernos como para copiar el modelo básico que tan bien les ha funcionado a las comunidades indígenas, más lejana quedará esa llamada democracia, que en un momento de lucidez de la humanidad se inventó, pero en muy poco tiempo -por nuestra apatía- desapareció. Mientras no entendamos que está en nuestras manos el cambiar las cosas, que los poderosos basan su poder en nuestro conformismo, que si seguimos el guión que ellos han escrito vamos a un estado de esclavitud cada vez mayor; mientras la fe, y no nuestro esfuerzo, sigan moviendo las montañas, esto seguirá tal cual ellos lo han querido.
La reina de las ciencias


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