Según la cultura, la familia representa o interviene en la crianza del bebé, de diferentes maneras. Los abuelos son una parte y juegan un papel muy importante en la crianza de nuestro niños. Vamos a hablar sobre las diferentes relaciones entre los padres y los abuelos, cuando ha nacido un bebé. Y como deben involucrarse en la crianza del niño si es que deben.
La situación actual
Nosotros nacimos en una época, en la que los abuelos formaban una parte muy importante en la educación y la crianza de los niños. Cosa que aunque se mantenga en muchas familias. En otras las situaciones sociales están haciendo que esto sea imposible. Cada vez son más las familias de ciudades pequeñas, que tienen que moverse a otras ciudades para encontrar un trabajo. Lo que hace, que los abuelos, puedan disfrutar muy poco de sus nietos. Además de ser imposible la colaboración con los padres. Pero, no es el único caso. También por primera vez, nos estamos encontrando con más abuelos que aun trabajan. Lo que hace que aunque estemos en la misma ciudad, no sea posible que pasen el tiempo que pasaban décadas atrás.
Debemos ser conscientes de nuestra propia situación. Y adaptarnos a ella. No es lo mismo si el abuelo, disfruta un par de días al mes del niño como si lo hace a diario cuidándole. Evidentemente, si solo va a pasar un rato, deberá tener más libertad, para disfrutar de él. No va a estar dos días y discutir y educar al niño. A diferencia si pasa todos los días cuidándole 6 horas, en cuyo caso, los abuelos deberán asumir parte del papel de educación del pequeño. Ya que el tiempo que pasen con él le influirá considerablemente.
¿Cuál es el papel de los abuelos?
Como decía en el punto anterior, depende de la situación y el tiempo que pasen con ellos. En principio, debemos tener muy claro, que los abuelos, no son los responsables de la educación del niño. Eso es todo responsabilidad nuestra. (La cosa cambiaría, si el niño pasa todos los días con ellos un buen número de horas.) Ya que lo que influirían en el niño podría repercutir en nuestro día a día. Me explico. Es normal, que los abuelos
sean mucho más blandos que los padres, al fin y al cabo, ellos ya han acabado de educar a sus hijos y ahora les toca disfrutar de los nietos. El problema surge cuando el tiempo que pasan con ellos ocupar gran parte del día. Y durante todo ese tiempo están sin ninguna norma. Los niños asumirán que eso es como debe ser. Y cuando nosotros lleguemos a casa y le marquemos las normas, los niños no las querrán aceptar. Y pasaremos a ser los malos de la película. Algo que no le gusta a nadie.
Es malo generalizar, yo me he encontrado con todo tipo de abuelos. Nosotros somos los que mejor conocemos a nuestros padres. Y antes de tener al niño, estoy seguro que todos sabemos cómo va a ser su forma de comportarse. De hecho, hemos vivido en primera mano su forma de educar.
Lo más importante, es no dejarlos de lado. Hacerles saber que queremos que formen parte de la crianza de sus nietos. Aunque sin presionar. Es cierto que muchos abuelos están deseando cuidarles. Pero, para otros lo que les gustará es pasar un rato con los nietos. Pero, no tener la responsabilidad que ya tuvieron de tener y cuidar un niño.
La comunicación, es la mejor forma de entender las situaciones y conseguir que todo funcione bien. Ten en cuenta que aquí participan 2 familias diferentes, 4 abuelos y dos padres. Pero recuerda, la responsabilidad de los niños es de los padres. Siempre que ellos se queden con ellos, es porque nos están haciendo un favor.
Hablar sobre la educación que queréis para vuestros niños. Preguntarles. Ellos mismos, seguro que te dan un montón de consejos. Y aunque muchos de ellos no nos gusten. Seguro que en muchos casos, nos pueden enseñar algo. Al fin y al cabo algo de experiencia tienen. Y si tus suegros educaron a la persona de la que te has enamorado, algo habrán hecho bien. ¿No?
Los abuelos, suelen aportar una serie de beneficios de los que nunca se habla. Pero que pueden hacer mucho bien. Con los abuelos, los niños se sienten muy respaldados y por lo general, suelen subir la autoestima de los niños. Algo que le vendrá muy bien en un futuro.