Es muy curioso. Todos conocemos las reglas “oficiales” del powerpoint: las visualizaciones son mejores que palabras, un máximo de 3 puntos por diapositiva y no más de 5 palabras por punto. Y a pesar de esta simplicidad aparente, todos hemos sufrido ya la muerte por powerpoint, ya sea como espectadores o como presentadores. Las buenas intenciones no sirven de nada si por falta de tiempo se traspasa un libro de textos a los diapositivas.
Lo mismo pasa con algunos hábitos: sabes que “deberías” levantarte 15 minutos antes para empezar el día más relajado, pero el snooze de la alarma se te presenta como la cosa más atractiva de la madrugada. Así que cada mañana tienes que salir corriendo nuevamente, prometiéndote que mañana sí te levantarás al momento. La fuerza de la voluntad no es suficiente.
Cambiar las reglas para cambiar el resultado: pecha kucha
El problema de los powerpoint tradicionales no es el powerpoint en sí, sino la presencia de demasiado texto y muy poco enfoque. Así que los inventores del pecha kucha decidieron cambiar las reglas del juego: 20 x 20. Cada presentador tiene 20 diapositivas visuales (sin texto) que cambian automáticamente cada 20 segundos. Estas dos reglas tienen un efecto muy interesante: los presentadores no se pueden enrollarse demasiado (porque la presentación avanza sí o sí). Como resultado vienen muy bien preparados y con el mensaje preciso. La solución “a última hora” ya no sirve.
Definir el resultado para poder cambiar las reglas
Al preparar un pecha kucha tienes que definir primero el mensaje que quieres transmitir. Al cambiar el formato de las presentaciones, el pecha kucha consigue reenfocar el mensaje en vez de perderse en la tecnología. Esta misma idea la puedes utilizar en tu día a día. Si el resultado deseado es levantarte 15 minutos antes… qué tienes que alterar en el sistema que te rodea para no echar mano del “snooze”? Quizás es suficiente con dejar la alarma en la mesa del comedor para que tengas que levantarte forzosamente. O quizás vale la pena optar por una cafetera programable para que el café esté listo exactamente a la hora de levantarte. O quizás puedes pedirle a tu mejor amiga que te llame al móvil cuando ella se levante. Cualquiera de estas soluciones te dará un mejor resultado que prometerte cada día que mañana sí que lo harás de otra forma.
Siempre hay una tercera solución
A menudo la pregunta no es seguir igual o intentarlo otra vez. Cambiando las reglas del juego puedes tener un impacto mucho más duradero sobre tu propio comportamiento. La próxima vez que te sientas frustrada por algo que no te funciona, espera un momento. En vez de volver a fracasar con la misma estrategia una y otra vez, quizás va siendo hora de probar otro enfoque. Recuerda qué es lo que quieres conseguir, en vez de obsesionarte con lo que “debería” funcionar. Y a lo mejor encuentras una opción mejor para conseguir el mismo objetivo. Igual que en el pecha kucha.
Y si ya sientes curiosidad, aquí tienes algunos ejemplos de pecha kucha made by ValeDeOro:
Presentando el Proyecto 333
Cloudhousing: Quiero una casa como esta
La próxima oportunidad de ver un pecha kucha en vivo en Barcelona, será el 24 de Febrero. Por 4,00 Euros puedes conseguir tu entrada a través de eventbrite.
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Imagen: FocX Photographies / flickr