El asunto del Papa ha acelerado la publicación de entradas en el blog, pero es que no siempre renuncia un papa y hay cosas que, además, “molan”…
El caso es que me he topado en la página de J.J. Benitez con un artículo por el que el afamado investigador de lo misterioso afirma que la renuncia del Papa estaba avisada desde el momento mismo de su elección. Para descifrar el mensaje, hay que recurrir a la Kabbalah. Puesto que el autor sólo ofrece los resultados, me he tomado la molestia de recurrir a las fuentes habidas en internet y así me da para algo más que copiar y pegar.
Vayamos allá…
Benitez se basa en las fechas dadas por Lola Galán en El País del 21 de abril de 2005 para las tres fumatas que fueron necesarias en la elección del Papa:
Mientras la fumata blanca era clara y visible a partir de las 17.50, las campanas no tocaron a fiesta por el nuevo Papa hasta las 18.04.
La confusión era tal que hasta la CNN dio cuenta de una nota de la Radio Vaticana que aseguraba que el humo blanco que ascendía por el cielo era, en realidad, una fumata negra. En realidad, ninguna de las tres fumatas del cónclave ha estado exenta de problemas. La primera, a las 20.04 del lunes 18 de abril, resultó equívocamente blanca durante unos segundos, antes de volverse negra. La de la mañana siguiente, a las 11.52, resultó totalmente gris desde el primer momento hasta que se extinguió en el aire.
(El País)
A continuación, sumamos los dígitos de cada fecha:
Primera fumata: 2+0+0+4=6
Segunda fumanta: 1+1+5+2=9
Tercera fumata: 1+7+5+0=13; 1+3=4
Para quien no esté famliarizado con estas cosas, cada carácter hebreo tiene un valor numérico, y la suma de los caracteres de las palabras da un número que se corresponde con dicha palabra. De esta forma, todas las palabras que muestran el mismo valor numérico están relacionadas “esotéricamente” en su significado.
Dicho lo cual, vaya por delante que un servidor no tiene ni idea de hebreo, así que lo se dice a continuación está “avalado” por lo que dicen los programas de traducción.
Así, en este caso tenemos 694. Benitez nos dice que éste número se corresponde con la palabra “abdicación”. En realidad no es exacto, puesto que tal palabra nos da “1100″.
Pero sí tiene razón si usamos el término en pasado: “renunció”.
Benitez también encuentra la fecha exacta de la renuncia, aunque quizás sea un pelín menos clara:
Concluye J.J. Benitez diciendo que:
El “enigma Ratzinger” fue enviado a Rosa Mª Paraíso, responsable de mi página web, el 22 de abril de 2005. Posteriormente fue colgado en la sección de Concurso. Nadie acertó a la hora de descifrar la misteriosa secuencia numérica.
El 11 de febrero (2013), Benedicto XVI anunció su decisión de abdicar.
Y yo recordé, de inmediato, el “mensaje” recibido casi ocho años antes: “El 11 de febrero, palabras de amargura: abdicación”.
Como decía el Maestro, quien tenga oídos, que oiga…
Con oídos o sin ellos, sea como sea, el asunto tiene su gracia…
Habrá que ver si divina o humana…
Pero tiene su gracia…