Revista Opinión

La represión alemana continúa

Publicado el 17 abril 2016 por Liberal

Llevo varios años denunciando que el estado alemán es una fuerza para el mal en nuestro planeta. Ha sido la realidad que desde siglos, lo que hoy es Alemania no ha hecho otra cosa que causar problemas graves para la política mundial. No creo que sea exagerado decir que si mañana desapareciera el estado alemán, el mundo habría conseguido una gran victoria para los intereses humanos. Hablemos hoy del último ataque del gobierno alemán contra la libertad.

El gobierno alemán ha dado la luz verde para iniciar el proceso penal/criminal contra el humorista alemán Jan Bohmermann, ¡a petición del GOBIERNO TURCO! Supuestamente “insultó” al presidente turco, Erdogan. Fue la propia canciller teutona, Angela Merkel, la que avisó de este proceso en la Cancilleria el viernes.

Merkel, a quienes llaman “la Dama de Hierro alemana” ha cedido a las presiones turcas. Vaya “hierro” no? Estará oxidado. ¿Alguien se imagina a Thatcher cediendo a las presiones de un país bananero como Turquía? Y sí, tenéis razón: NO RESPETO a todos los países ni a todas las personas. Hay instituciones, países y líderes que no merecen ningún respeto de los liberales. Ankara se comparta sin piedad contra la oposición y los periodistas dentro de Turquía. Actualmente, hay más de 2 mil procedimientos penales por “insultar” a Erdogan y más de una decena de periodistas están en la cárcel.

El párrafo 103 del Código Penal alemán es una reliquia del autoritarismo europeo continental. Desgraciadamente, España también cuenta con el mismo tipo penal. Criminaliza el “insultar las instituciones o dirigentes de estados extranjeros”. En España, algo parecido sobrevive en el delito de “injurias contra la Corona/Jefe del Estado”. Prácticamente, todos los países continentales tienen este proceso penal. Los países anglosajones, como Inglaterra o EEUU, no tienen (por suerte para ellos) esto tipificado como delito. En USA, por ejemplo, no es delito ni siquiera quemar la bandera de su país. Algo impensable en España. Lo cierto es que en España, ni siquiera en Reino Unido, me siento tan libre para hablar en redes sociales como sí me pasa en USA. En USA cualquier ciudadano puede hasta maldecir la madre del Presidente que no pasa nada, no hay delito. ¿Aquí? Inténtalo.

Lo cierto es que la represión es lo que caracteriza la historia de la Europa continental y Alemania en particular. Durante la época del imperio del “Kaiser”, se protegía igualmente a “la corona” como ahora en España. No olvidemos que en 1948 prohibieron la revista “Der Spiegel” durante dos semanas porque reveló que el Príncipe Bernhard, el marido de la reina holandesa Juliana, había sido una dirigente “honorable” de la terrible SS nazi. En los años 60, la familia real persa utilizó la misma ley para reprimir cualquier crítica de las torturas que practicaba su régimen. En 1975, volvió a imponerse esta ley contra los que correctamente denunciaron que la dictadura militar de Pinochet era una banda de asesinos.

A diferencia de otras secciones del Código Penal germánico, el 103 requiere la autorización DIRECTA del gobierno federal. Para no poner en peligro el sucio tratado entre Turquía y la Unión Europea para frenar la ciertamente problemática avalancha de refugiados e inmigrantes a Europa y para reprimir la oposición contra la criminalización de los refugiados, Berlin ha importado los métodos autoritarios de Erdogan a Alemania.

Merkel intenta disfrazar esta realidad cuando promete qu quiere “abolir” esta sección para el añó 2018. Ella ha justificado la imposición de esta ley diciendo que no era un asunto solo del gobierno sino también de los abogados del estado y tribunales que intentan equilibrar los derechos personales y “otras preocupaciones sobre las libertades de prensa y expresión artística”.

Pero eso no es más que postureo. En realidad, Merkel condenó a Bohmermann poco después de su anuncio controvertido, cuando llamó por teléfono al Primer Ministro turco Ahmet Davutoglu y le aseguró que pensaba que era algo “muy dañino a conciencia”. Ni siquiera Erdogan se había imaginado que el gobierno alemán iba a perseguir a Bohmermann. Yo sí me lo imaginaba porque conozco la historia de Alemania y su tendencia fascista.

A Merkel jamás le ha interesado la situación de los refugiados ni su futuro. La única razón por la cual ella ha hecho todo esto se debe a que quiere conservar la Unión Europea, una Unión que es más bien el trampolín que necesita el estado alemán para volver a ser un poder global. Sería una catástrofe política si Alemania volviera a tener el peso político y poder que tuvo hasta la IIª Guerra Mundial. Una Alemania fuerte es terrible para el mundo.

Para responder a los críticos contra la política europea, el gobierno alemán actúa con los mismos métodos de Erdogan: represión y persecución de las voces disidentes.

Qué tiempos más siniestros señores, qué tiempos más siniestros.


La represión alemana continúa

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