Existía la ley, dictada por las empresas la compañía (empresa que comercializaba té) En la que se fijaba (por no decir obligar) el préstamo gubernamental de 1,4 millones de libras para pagar sus deudas. Y el derecho a enviar té de China a América sin escalas.
Eso significaba que la compañía en América no tendría que pagar el arancel británico a las importaciones. Solo el americano, mucho mas bajo, de tres peniques por libra. Además el arancel seria abonado por los agentes de la compañía en América a quienes se concederían derechos exclusivos para la venta del té, con lo que se otorgaría el monopolio a la compañía.
De esta manera se conseguía afianzar el derecho del gobierno Ingles a cobrar impuestos a los colonos. Con la tasa arancelaria mas baja competiría con el precio del té ilegal y perjudicaría a los contrabandistas. Los representantes de la compañía arguyeron que aun así, los colonos americanos se mostrarían agradecidos, puesto que el efecto final seria una reducción del precio del té.
Fue un enorme error de estrategia. Los colonos americanos, en particular los de nueva Inglaterra. Dependían para su prosperidad, poder dedicarse a un comercio sin restricciones ni interferencias de Londres. Ya fuese de una manera o de otra.
En respuesta comenzaron a boicotear las mecánicas británicas y se negaron a pagar impuestos al gobierno de Londres por cuestión de principios. También se sentían maltratados por el modo en que el gobierno Ingles daba la compañía de las indias orientales el monopolio sobre la venta de té al por menor.
¿Qué seria lo siguiente? “la compañía de las indias orientales, una vez que ponga pie en este (antes) feliz país, no dejara sin girar hasta convertirse en vuestro amo” decía un panfleto publicado en Filadelfia en diciembre de 1773.
Proximamente La revolución del Té 2ª parteUn abrazo a las fuentes: La historia del mundo en seis tragos ed DebateImagen: http://tourhistoria.com/