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La Revolución Lanar década de 1860

Por Creartehistoria @createhistoria

La revolución lanar fue un proceso de transformación muy importante que vivió Uruguay entre mediados de la década de 1850 y fines de la de 1860. Durante ese período se introdujeron en el territorio ovejas de raza para producir lana exportable. Fue un cambio muy profundo y rápido, por eso se lo considera una revolución. Fue muy importante para la economía, pero también para la sociedad y la cultura. Fue parte importante del inicio de la modernización del Uruguay.

A comienzos de la década de 1850 en Uruguay había alrededor de 800.000 cabezas de ovinos (ovejas), la mayoría sin mestizar. En 1868 alcanzaban los 16 millones de cabezas. Este crecimiento se debió a que entre 1860 y 1868 muchos estancieros decidieron invertir en la mejora del ganado lanar. Para ello promovieron la importación y mezcla de razas ovinas que permitieron refinar la lana. Estos estancieros buscaban ofrecer un producto de mejor calidad que pudiera venderse en Europa. Esta transformación fue la primera desde que se había introducido el ganado en el siglo XVII. Fue el fin de la edad del cuero. Desde entonces, el país tenía otro producto para vender y eso le permitía acceder a nuevos mercados. La exportación de lana creció en los años siguientes y llegó a superar al cuero en la década de 1880. Las razones de esta transformación fueron varias. Por una parte, en Europa había una gran demanda de lana para ser utilizada en las industrias. En ese mismo momento de la historia, Estados Unidos estaba viviendo una guerra civil, por lo que su producción y exportación de algodón había disminuido. Había también un sector de la clase alta rural dispuesto a invertir en un producto nuevo y había trabajadores especializados en el cuidado de las ovejas. La extensión de la cría de ovejas supuso muchos cambios. Desde lo económico amplió los mercados de exportación para Uruguay. En lo social afirmó a la nueva clase alta rural y dio lugar al surgimiento de pequeños propietarios rurales. Desde el punto de vista político, los estancieros que arriesgaron su dinero en estas inversiones comenzaron a exigirle al gobierno que les asegurara el orden y protegiera su propiedad.

http://contenidos.ceibal.edu.uy/fichas_educativas/_pdf/historia/uruguay/039-la-revolucion-lanar.pdf Consecuencias de la Revolución lanar

Las consecuencias de la "revolución del lanar" Las consecuencias fueron múltiples e importantes. Los estancieros no abandonaron al vacuno, simplemente colocaron el ovino a su lado. (...) Desde este punto de vista el lanar capitalizó al medio rural, pues se agregó al viejo valor representado por el novillo criollo, el nuevo valor representado por la oveja. (...) Enriquecimiento de los hacendados, pero también cambios sociales. Cuidar ovejas no era lo mismo que pastorear vacunos criollos. Se necesitaba más personal. El ovino era un animal más débil y sujeto a enfermedades que el vacuno de la época. Mientras no existieran alambrados, el control del mestizaje debía hacerse por el hombre. Todo conducía a la demanda de más brazos. (...) El nivel ocupacional de la estancia ovejera era 4 o 5 veces más elevado que el de la vieja estancia vacuna. Al proporcionar más trabajo y requerir el asentamiento en el puesto, el ovino contribuyó a la sedentarización de la población rural y a restarle masa campesina a las revoluciones. (...) Tuvieron similar importancia las consecuencias económicas. Con el lanar el Uruguay salió por completo de la "edad del cuero". La lana tendió inconteniblemente a alcanzar el primer puesto de los productos exportados. (...) Romper con la dependencia del cuero y su precio, era avanzar en el largo camino de la independencia económica del país. A partir de la introducción de la lana como otro de sus rubros exportables, el Uruguay comenzó a vivir de 3 productos fundamentales: lana, cueros y tasajo. Al diversificarse la exportación, cupo la suerte al país de que también se diversificaran los mercados compradores. Los cueros iban sobre todo a Gran Bretaña y los Estados Unidos; el tasajo a los ya clásicos Brasil y Cuba; la lana hacia Francia y Bélgica. No depender de un único comprador y tampoco de un solo producto eran lujos que pocas naciones de América Latina podían darse en el siglo XIX. En ello estaría una de las bases de nuestra originalidad y futura prosperidad. ¿Cuál era el interés político de los estancieros, ahora que había variado su esquema de producción? (...) La paz interna fue (...) una necesidad de la nueva estancia que explotaba vacunos y lanares. La revolución destruía un animal que valía por lo que daba todos los años: el vellón. El cuero no interesaba en este caso. (...) El estanciero-caudillo fue sustituido por el estanciero-empresario. Ello se concretó cuando los hacendados fundaron en 1871 la Asociación Rural del Uruguay, en plena guerra civil, con una propuesta que se resumía en pocas palabras: el orden interno era el fundamento económico. [Las tropas de los caudillos] mataban el ganado ovino de raza, destruían la "riqueza del porvenir" al hacer un almohadón con el vellón, y concluían por llevarse a las peonadas a la fuerza, imposibilitando el trabajo diario, cuando no el trabajo esencial de la esquila.

(Tomado de "Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco", de José Pedro Barrán)

La Revolución Lanar década de 1860
DOCUMENTOS: "Visión de contemporáneos sobre la introducción del ovino"

Juan Mac Coll señala en 1861:

"Aunque la riqueza del país puede ser, y de hecho ahora consiste, en ganado vacuno, es necesaria poca reflexión para convencernos que el futuro de este país está atado a la cría de la oveja. La subdivisión de la tierra que ella trae, el número de gente que ella emplea y los hábitos de paciente atención y subordinación que ella engendra, son bendiciones que no pueden ser demasiado apresuradas".

[...] "A medida que la población aumenta y más capacidad se requiere para ganarse la vida, las latentes energías del gaucho saldrán adelante, y en la lista de los agentes civilizadores, la cría de la oveja está destinada a ejercer una influencia poderosa. El gaucho es ya nuestro más seguro pastor. Alojados en un confortable puesto, con una cama decente para dormir, alentado a casarse y enseñado a cultivar un pedazo de tierra para el uso de su familia, está siendo rápidamente apartado de sus hábitos nómades y convertido en un miembro de la sociedad; y los que experimentan con las revoluciones, si alguna desgraciadamente surgiera otra vez, lo encontrarán muy nuevamente a sus seducciones".

Lucio Rodríguez Diez escribió:

"[...] participamos del axioma inglés de que la oveja es el gran colonizador universal. Así vemos a la Australia, Nueva Zelandia, El Cabo de Nueva Esperanza y el Río de la Plata mismo, modificar sus hábitos salvajes de criadores de yeguadas y ganados alzados, en que los pastores viven en el mismo estado que los animales, para entrar a la vida del puesto fijo, de la familia y del cultivo de la tierra".

[...] "La oveja, que da dos producciones al año -un cordero y un vellón- y que nunca muere, porque deja su carne y el beneficio del cuero, tiene para el agricultor otra importancia y es el de abonar sus tierras".

El viajero inglés Mac Cann:

"los propietarios de campos, dueños de grandes cantidades de vacas y ovejas forman una clase: los peones y pastores forman otra; pero los inmigrantes empiezan a formar una clase inmediata de pequeños propietarios de ganados, semejantes a nuestros yeomen".

Escribía J.H. Murray en 1868-1869:

"Ahora, cuando se piensa que a un hombre que es incapaz de trabajo duro en Inglaterra, aquí se le provee con una casa, y comida para sí mismo y su familia, en un hermoso clima; que si se conduce bien está seguro de ser tratado bien; que puede vivir de un salario, el que llega a 37 o 38 libras por año, el 7% de interés en el Banco; habilitándolo en dos años, para ser propietario de una majada adicional de su patrón, por la que se le pagará; qué, pregunto, puede igualar todo esto en cualquier parte del globo en el presente?".

J.P. Barrán, B. Nahum, Historia Rural del Uruguay moderno, Tomo 1, Montevideo, EBO, 1967.


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