Revista Psicología

La riqueza que guarda el silencio

Por Redespress60

La práctica de la meditación permite sentir al universo entero llenarte a través del sonido, como si sus ondas sólo se dirigieran hacia ti: el centro. Porque en el centro, no hay sonido; está en completo silencio para poder escuchar al universo en éxtasis, mientras va cautivando a cada fibra del cuerpo corporal, psíquico y espiritual...

La riqueza que guarda el silencio

Estar en silencio nos ayuda en la salud psíquica. Por ello, los psicólogos recomiendan para tener una vida interior tranquila y en paz, tener momentos de silencios, sobre todo después de una jornada caótica en la empresa, en una ciudad con problemas de tránsito y repleta de ruidos a toda hora. Es necesario que paremos un poco y nos sentemos a reflexionar. Esto se consigue únicamente, con la ayuda del silencio.

El silencio en el mundo occidental, dice el psicólogo chileno Claudio Araya en su libro "el mayor avance es detenerse", está desvalorizado. Se cree que es algo malo, que no podemos quedarnos callados o no escuchar nada por algunos minutos. Tal como podemos ver o analizar al mundo hoy, pareciera que le tenemos mucho miedo al silencio.

Según el escritor español Raimon Panikkar, una de las enfermedades del hombre moderno es la "sigefobia", justamente, el temor al silencio. Esto se debe a que vivimos en una sociedad donde el poder más terrible a disposición es el ruido, el sonido. Por el contrario, el silencio se presenta como un lujo muy costoso. Para no oír debes ser demasiado rico. No sólo los niños tienen terror del silencio, sino cada vez más adultos.

La riqueza que guarda el silencio

Esta es una práctica tan antigua que se dice que los alumnos de Pitágoras solían pasar cinco años en silencio para ser admitidos en su escuela de Crotona. Se trataba de un trabajo moral que se ligaba a la cosmología de Pitágoras, el de la reencarnación y una versión griega de la ley del karma, y así observar durante la noche si sus actos se ajustaban a las enseñanzas de la ley.

De modo que permanecer en silencio deja ser un acto meramente conductual, para convertirse en una experiencia alquímica en el que "al principio estarás escuchando al mundo entero llenarte con sonidos, y después, de un momento a otro, la conciencia aparecerá y serás capaz de escuchar la ausencia total del sonido, el centro de la vida."

En otras palabras, es el silencio el que permite que no sólo tomar consciencia de la belleza del universo, también de "los actos de inmoralidad, enojo, agitación, disipación, desviaciones o pecados"; y así entrar al presente, con vitalidad y entereza, para separar lo puro de lo impuro. Escuchar el silencio provoca, de algún modo, mantener tanto al cuerpo como a la mente en un estado de iluminación. Pues además, el silencio brinda una serie de beneficios a la salud:

- Ayuda a poner en dominio la ansiedad y estrés, reduciendo los niveles de cortisol y adrenalina en la sangre;

- fortalece el sistema inmunológico al tener bajos niveles de cortisol y adrenalina, hormonas que en exceso pueden provocar enfermedades como gripa, trastornos de la alimentación y de sueño, entre otros;

- Permite mantener en niveles ideales la presión sanguínea, reduciendo la posibilidad de enfermedades como hipertensión, hipotensión, insuficiencia cardíaca, afecciones cerebrovasculares y enfermedades renales;

- Aumenta la dosis de endorfinas, la cual se ve reflejada en la sensación de bienestar y felicidad, así como de la disminución del dolor físico;

- Mejora la actividad cognitiva, tal como la atención, la memoria y el aprendizaje.

La riqueza que guarda el silencio

La importancia del silencio

Extractos del libro "Ni lobo ni perro. Por senderos olvidados con un anciano indio" de Kent Nerburn. Los Lakota, pertenecientes a la Gran Nación Sioux de Norteamérica, son dueños de una rica espiritualidad y un profundo respeto por toda la vida visible e invisible.

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras...

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Esa es la manera de vivir despiertos. Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y la mente quietos y entonces, aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar sin temor.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman "resolver un problema". Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonido s. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.


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