La carcajada rejuvenece, elimina el estrés, las tensiones, la ansiedad, reduce los síntomas de la depresión y tiene efectos positivos para combatir el insomnio. Mientras reímos liberamos gran cantidad de endorfinas, responsables de la sensación de bienestar.
Reirse es una función biológica necesaria para mantener el bienestar tanto físico como mental. Reirse es natural, de hecho, un bebé a las 36 horas de nacer puede ofrecer una sonrisa a sus padres, además los niños están mucho más dispuestos a reirse que los adultos.
Sin embargo, a medida que crecemos la risa es cada vez más costosa.
Como cualquier otro ejercicio la risa necesita ser practicada: cuanto más nos reimos , más fácil es luego provocar la risa y viceversa. Además, a reir se aprende.
Numerosos estudios confirman que la risoterapia, además de divertida, puede ser una terapia muy efectiva para diversas dolencias. Hay talleres para desarrollar técnicas que favorecen la risa y permiten aprovechar todo su potencial.
El principio básico de la Risoterapia reside en estimular la producción de distintas hormonas que genera el propio organismo con ejercicios y juegos grupales. Su cometido es potenciar el sistema inmunitario en general y facilitar la superación de diferentes bloqueos.
Se utilizan técnicas que ayudan a liberar las tensiones del cuerpo y así poder llegar a la carcajada, entre ellas: la expresión corporal, el juego, la danza, ejercicios de respiración, masajes, técnicas para reír de manera natural, sana, que salga del corazón, del vientre, de un modo simple como los niños.
EFECTOS DE LA RISA:
FÍSICOS:
- Ejercicio: Con cada carcajada se pone en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa. También ayuda a adelgazar reactivando el sistema linfático.
- Masaje: La columna vertebral y cervical, donde por lo general se acumulan tensiones se estiran. Además se estimula el bazo y se elimina las toxinas. Con este movimiento el diafragma origina un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.
- Limpieza: Se lubrican y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además elimina las toxinas ya que al moverse, el diafragma produce un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.
- Oxigenación: Entra el doble de aire en los pulmones, dejando que la piel se oxigene más. En concreto, los pulmones mueven doce litros de aire en vez de los seis habituales, lo que mejora la respiración y aumenta la oxigenación.
- Analgésico: Durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se utiliza para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunológico.
- Rejuvenecedor: Rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara. Tiene además, un efecto tonificante y antiarrugas.
- Previene el infarto: Dado que el masaje interno que producen los espasmos del diafragma alcanza también a los pulmones y al corazón, fortaleciéndolos.
- Mejora la menopausia: El buen humor es capaz de hacernos olvidar las molestias de los cambios hormonales.
- Sueño: Las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio.
- Elimina el estrés: se producen ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir mas despiertos.
- Alivia la depresión: porque nos hace ser más receptivos y ver el lado positivo de las cosas.
- Proceso de regresión: es decir, un retroceso a un nivel anterior de funcionamiento mental o emocional, generalmente como un mecanismo para aliviar una realidad que se percibe como dolorosa o negativa.
- Exteriorización: ya que a través de la risa las personas exteriorizan emociones y sentimientos. A veces es percibida como una energía que urge por ser liberada, sobre todo cuando necesitamos reír y la situación social no lo permite.
También debemos hacer hincapié en los factores sociales de la risa, como su carácter contagioso, la facilitación de situaciones socialmente incómodas y el poder comunicativo del humor. Ellos revisten una importancia terapéutica especial ante disfunciones de tipo social.
Ana Hidalgo