by El Rincón de Ika · Published marzo 26, 2018 · Updated abril 5, 2018
Este ejercicio de fundirme con mi ciudad me renueva, me inspira, me llena de energía. Busco sitios que me sorprendan, o simplemente que me arranquen una sonrisa con un detalle original.
Muchas veces visito lugares que no son nuevos para mí, pero en los que siempre encuentro algo que antes había pasado por alto, una escalera, un espejo u simplemente un nuevo sabor, así disfruto Madrid, así me gusta vivirla.
En mi última inspección callejera me topé, por fín, con un restaurante del que me habían hablado mucho, La Rollerie. Es fácil encontrarlo, porque esta cadena de restauración está por todas partes y en la boca de todos.
Yo me lo crucé en la Carrera de San Jerónimo, a medio camino entre Sol y Banco de España. Por esas calles donde te ves tentado a caminar con la mirada levantada porque los edificios son absolutas obras de arte arquitectónico.
Pues, allí en una esquina, ni más ni menos que en el antiguo edificio que albergó la Unión Musical Española descubro La Rollerie. Para ser sincera lo que me atrapó fue ver, a través del cristal, lo que queda de un antiguo órgano de tubos rodeado de bollería, pan artesanal y suculentas tartas.
No pude resistirme.
Me habían recomendado un par de veces este restaurante, y soy de las que se queda con un nombre entre ceja y ceja hasta que se presenta la oportunidad de conocerlo para corroborar la opinión o diferir de ella.
La Rollerie es todo lo que tú quieras que sea
Con La Rollerie se quedaron cortos, porque no es un restaurante, es todo lo que tú quieras que sea. Panadería, cafetería y restaurante, un jardín, un palacio, un invernadero y el restaurante de moda en Madrid
Es un sitio con la capacidad de sorprenderte, de esos que cuesta encontrar, pero una vez lo has visitado, tienes claro que volverás.
Eran las 7 de la tarde, llevaba un buen rato mirando vidrieras y me apetecía algo dulce. Ya que su nombre me da la pista, pues me decidí a probar un roll de canela, el que anuncian como su plato estrella. Me sorprendió que a diferencia de lo que anuncian en su web el mío llegó sin topping.
Se lo comenté al chico que me atendía y problema resuelto. En vez de hacerme pasar por el mal rato de elegir entre topping de chocolate con avellanas, dulce de leche o chocolate blanco, él decidió traerme los tres. Me ganó.
También es un buen sitio para desayunar pronto en la mañana, para disfrutar de un brunch de fin de semana con los amigos, para ir a la hora de la comida o cenas más elegantes. Si también te ha entrado el gusanillo de la curiosidad, te recomiendo que reserves antes de ir, porque después de disfrutar de mi delicioso roll de canela con 3 toppings, cuando me estaba despidiendo de La Rollerie, me crucé con una fila importante de gente que esperaba para cenar.
Lo más increíble es que La Rollerie cuenta con 3 locales en Madrid centro y cada uno de ellos promete sensaciones diferentes. Uno entre la calle Mayor y la calle Coloreros, otro en la Calle Atocha con un ventanal repleto de flores de lavanda, un tercero en pleno barrio de Chamberí en la calle Guzmán el Bueno. Como si esto fuera poco también está en Alcalá de Henares y Valencia.
Han elegido puntos estratégicos de la ciudad que son justo lo que necesito cuando quiero integrarme en cuerpo y alma con Madrid. Yo lo tengo claro, volveré, pero también me haré un tour por todos los restaurantes que conforman la cadena hasta quedar saciada… o cansada.