Revista Bares y Restaurantes
No les voy a hablar hoy de mis andanzas por los Guachinches, y menos ahora que dentro de poco recibirán el tiro de gracia, y a ver los que quedan abiertos después de la entrada del nuevo decreto. Es que el sitio se llama así. Hoy comienzo con este
comentario, que me va a servir también para acabar el post: "Tienen unas instalaciones estupendas, con un aparcamiento propio al lado, con un comedor amplio, y con una bonita terraza. A poco que le pongan cariño y se esmeren con la comida y el servicio, tienen mimbres como para mantenerse en la lucha".
Han abierto hace poco tiempo, en las instalaciones que ocupaba anteriormente "La Fonda de Argual", con la intención de ofrecer comida cercana y casera, supongo que de ahí que se autodenominen "Bodegón-Guachinche". Como decía antes, el sitio es ideal: Zona de la Cruz Chica (desplazamiento corto para los que vivan entre Santa Cruz y La Laguna), aparcamiento propio, una gran terraza exterior junto a la carretera, desde donde disfrutar (aún) del buen tiempo, y un acogedor y amplio comedor, decorado estilo rústico. Pasamos por allí un día entre semana, y no había mucha gente. Examinamos la pizarra para ver que preparaban. No era una oferta muy extensa (como me gusta a mí -aquí pueden ver lo que ofrecían-), y me llamó la atención la Ropa Vieja de pulpo. Como también nos gustan mucho la Carne en salsa y la Fabada, ya teníamos motivos suficientes para decidirnos a entrar.
Vaya por delante que uno entiende que entre semana no hay demasiada afluencia de clientes, y a lo mejor se relaja uno en la elaboración de la carta. Y llevan poco tiempo, si, pero precisamente eso resulta más chocante. Cuando uno abre un negocio del tipo que sea, lo normal es que, al menos los primeros meses, se desviva por él, y más si se trata, como en éste caso, de ganarse a la clientela por el estómago y por el trato.
¿Por que estoy diciendo ésto?. Nada me gusta más que traer aquí sitios de donde he salido encantado, y hablar bien de ellos, especialmente si llevan poco tiempo abierto, y ayudarles desde éste pequeño rincón a darse a conocer. Y me sabe mal no poder hacerlo hoy, pero aquí cuento, como siempre, mi experiencia particular ese día, que no coincidirá con muchas, pero es la mía. Comenzamos. Y comienzo por la impresión final, que ya comentaba antes. No noté ése entusiasmo ni las ganas de agradar que son habituales cuando llevas poco tiempo abierto. Al contrario, desprendía cierto aroma a desgana, como de cubrir el expediente. Y ahora les suelto el rollo para explicarlo: Ya dije antes que entramos por la ropa vieja de pulpo, la carne en salsa y la fabada. Una vez sentados, con la bebida pedida y saboreando el mojo que te sirven para la espera (y que estaba bueno), nos dice que no les queda carne en salsa (puede pasar, pero no hubiera estado de más borrarla de la pizarra), y que la Fabada hace tiempo que ya no la preparan, aunque no la han quitado de la pizarra (¿?). Bueno, ya que estábamos allí, las sustituimos por unas croquetas y pollo en salmorejo.
Y vamos ya con la comida. La Ropa Vieja se acercaba mas a un plato de pisto, o a un encebollado, que a una Ropa vieja. Los garbanzos brillaban por su ausencia. y el pulpo, casi otro tanto. Las croquetas las ponen por unidad, y pedimos cuatro. Estaban buenas de sabor, quizá un poco seca la masa, y esperaba alguna papita frita de acompañamiento. Pero no. Vinieron solas. Me dirán: "haberlas pedido". Vale, lo concedo. Pensé que vendrían con el plato y no las pedí. Tampoco las pedí con el "pollo en salmorejo" (así, entrecomillado), y me las pusieron (en el mismo plato). Y me las cobraron (aparte). Y ¿por qué el entrecomillado del "pollo...?. A ver. No quiero parecer tiquismiquis (no lo soy), pero a mí, cuando veo escrito en una carta o pizarra "pollo (o conejo) en salmorejo" me viene a la mente la imagen de un plato con trozos de pollo (o conejo), con una salsita encima, debajo o alrededor. A lo mejor es cosa mía. Pues no. Busquen en Google "pollo en salmorejo", en su apartado de imágenes, y lo que sale se parece mucho a lo que yo tengo en mente. Yo describiría lo que vino a mi mesa como "jamoncitos de pollo adobados", o así. Que no es que estén malos (a mi no me hacen mucha gracia), pero no es lo que pone en la pizarra, ni lo que yo creí que estaba pidiendo.
No pedimos más. Acompañamos de una cerveza y un refresco, y pagamos poco más de 14 euros. Siendo medias raciones, está dentro de la media. Pero aquí no todo es el precio.Ya digo que me sabe mal contar cosas negativas de un sitio, y espero que si lo lee el equipo del restaurante lo tomen como una crítica constructiva, y un toque de atención de alguien que entró en su casa a probar su comida y dejarse unas perrillas, como todos. Creo que es mejor que alguien te lo diga, aunque sea por este medio, a que la gente lo piense, se lo calle y no vuelva más. De verdad les deseo que les vaya muy bien, que la cosa está muy dura y hay que luchar mucho. Y como dije al principio, "Tienen unas instalaciones estupendas, con un aparcamiento propio al lado, con un comedor amplio, y con una bonita terraza. A poco que le pongan cariño y se esmeren con la comida y el servicio, tienen mimbres como para mantenerse en la lucha". Mucha suerte, y a la suerte hay que ayudarla un poquito.Dirección: Carretera de la Cruz Chica, 120. LA LAGUNA
Teléfono:922-984 323
Coordenadas:Latitud: 28.49068898020836 (28º 29' 26.48" N)Longitud: -16.363112679345704 (16º 21' 47.21" W)