La Sabiduría del Silencio Interno (Texto Taoista)
Habla simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra,
dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi.
De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
No te quejes y no utilices en tu vocabulario
palabras que proyecten imágenes negativas
porque se producirá alrededor de ti
todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.
Si te identificas con el fracaso, tendrás fracasos.
Así podemos observar que las circunstancias que vivimos
son simplemente manifestaciones externas
del contenido de nuestra habladuría interna.
Aprende a ser como el universo,
escuchando y reflejando la energía
sin emociones densas y sin prejuicios.
Porque siendo como un espejo sin emociones
aprendemos a hablar de otra manera.
Sé discreto, preserva tu vida íntima,
de esta manera te liberas de la opinión de los otros
y llevarás una vida tranquila volviéndote
invisible, misterioso, indefinible,
insondable como el Tao.
No compitas con los demás, vuélvete como la tierra
que nos nutre, que nos da lo que necesitamos.
Ayuda a los otros a percibir sus cualidades,
a percibir sus virtudes, a brillar.
El espíritu competitivo hace que crezca el ego
y crea conflictos inevitablemente.
Ten confianza en ti mismo,
preserva tu paz interna
evitando entrar en la provocación
y en las trampas de los otros.
Toma un momento de silencio interno
para considerar todo lo que se presenta
y toma tu decisión después.
El hecho de no saber es muy incómodo para el ego
porque le gusta saber todo, siempre tener razón
y siempre dar su opinión muy personal.
Evita el hecho de juzgar y de criticar,
el Tao es imparcial y sin juicios,
no critica a la gente,
tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad.
Cada vez que juzgas a alguien
lo único que haces es expresar tu opinión muy personal
y es una pérdida de energía,
es puro ruido.
Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades.
Tu silencio interno te vuelve impasible.
Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego
que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo
No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.
Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son,
o lo que tienen la capacidad de ser.
Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao.Agradecimiento especial a Maritza CarriónLecturas recomendadas: