Saga, programa por internet de Adela Micha, hizo algo inaudito en la historia del entretenimiento digital en México. No sólo emitir un maratón en vivo, de 7 de la noche a 7 de la mañana, sino reunir a una serie de personajes públicos, tan distintos entre sí, para hablar en una mesa de cosas irreverentes, actuales y conmovedoras.
Está de más y hasta sería grosero pensar si algo así podría haber sucedido cuando estuvo en la televisión mexicana. El motivo: hoy no existe ni un solo producto que se asemeje al programa de revista-talk show que propone Saga. El punto aquí es analizar este experimento y ver hacia dónde se dirige.
El maratón contó con segmentos donde se juntó a Gerardo Fernández Noroña, “Margara Francisca” y La reina del albur, donde se evidenció a una Adela Micha y un Noroña poco hábiles para alburear, con las otras dos aprovechándose de la situación. Esto se intercalaba con momentos para hablar de la situación económica que vive el país, a través de los argumentos nada disparatados del político, con los que la mayoría coincidía.
Tampoco despreciable fue el baile cortesía de La Sonora Santanera y comandado por la conductora y Miguel Ángel Mancera (Jefe de Gobierno de la CDMX), junto al de la priísta yucateca Ivonne Ortega y el director técnico del América, Miguel Herrera (¡cómo iba faltar!). Esto se catapultó cuando en una mesa, la grafóloga Maryfer Centeno, dijo que había visto muchas firmas de políticos, pero nunca una que reflejara tanta calentura como la de Mancera.
De ahí, podríamos pasar sin problema al bloque sobre cómo se hace el porno en México, con la presencia de actores y equipo de producción de dos empresas nacionales. Más allá de que representaran posiciones sexuales (obvio con ropa y de forma un tanto hilarante), hablan sobre lo que significa el porno visto como un trabajo y de la casi inexistente industria en el país, la cual pretenden cambiar.
Otra de las intervenciones fue la de Cómo liderar una mesa hablando de lo que se sabe, con compañeros que no saben nada. A través de un tutorial conducido por el político Fernando Belaunzarán, quien platica sobre la legalización de la marihuana, junto a la libre pero conservadora Xóchitl Gálvez, delegada de Benito Juárez. Ella participaba cuando no la interrumpía el intelectual Germán Arroyo, de La Gusana Ciega. El mejor papel de oyentes (hasta cierto punto, porque luego hablaban) fue el de Rey Grupero y Yolanda Andrade. Por otra parte, muy divertido el segmento de la banda Los Tres Tristes Tigres, quienes juegan en la maquinita de toques, junto a la standupera Manuna.
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A quien Adela Micha le caiga mal de toda la vida, es en este momento cuando podría resultarle casi encantadora. Y eso que en “Saga” no es precisamente la mejor entrevistadora ni la conductora más atenta que digamos, al siempre estar en su celular mientras los invitados hablan.
Lo anterior no existe cuando Mauricio Clark conversa, quien igualmente hasta cae bien. Da una lección para cualquiera que aspire a ser reportero, periodista o busque el éxito en cualquier lugar que se proponga. Habla de vicios, de dinero, de lucha por el reconocimiento y de la creación de un personaje en los medios que hacen olvidar que somos personas, sin la necesidad de ser alguien más. Todo con historias personales muy fuertes, las cuales relata con una sinceridad que impacta.
El Maratón de Saga fue algo así como una fiesta que, con bromas y charlas, se disfrutaba la presencia de las personalidades y los temas tratados, donde se escuchaba y se participaba. Una fiesta privada que se abrió para compartir al público.
Lo hecho por Adela Micha y su equipo de producción demuestra que el internet no está peleado con traer una preparación detrás, que no todo son youtubers en contra de los medios tradicionales (quienes al final terminan repitiéndose entre sí). También se pueden hacer cosas inimaginables, como Saga.
Habrá que ver la capacidad para mejorar, para prever una mejor conexión entre los invitados, junto a una moderación favorable de la conductora, que algo ha demostrado en este maratón. Junto a la consistencia del proyecto. Pero si superan esto, sería cosa de infarto, o tal vez sólo de otro mundo.
POR MIGUEL JIMÉNEZ ÁLVAREZ
Editor General
Estudia Periodismo y escribe para recordar que olvida. También hojea revistas.
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