Antes decían que los niños venían con un pan debajo del brazo. Los niños de ahora traen una tablet o un smartphone. Está claro que nuestros hijos son la generación de la tecnología. Y como tal, tienen derecho a usarla, no debemos prohibirles, debemos alentarles a aprender, pero siempre bajo nuestra estrecha vigilancia. A veces, lo de la vigilancia está un poco complicado, no es lo mismo acompañar en internet a nuestro hijo de 3 años que a nuestro hijo de 13, pero sí debemos enseñarles y seguir protegiéndolos.
La era digital cada vez está más arraigada en nuestras vidas y hasta hacen ya apps para los más pequeños. Está claro que no deben estar todo el día pegados delante de una pantalla, ni mucho menos, pero tampoco creo que debamos prohibirles su uso. Desde pequeños, el uso de la tecnología también les ayuda a desarrollar otras habilidades, como la orientación espacial y la motricidad, por ejemplo. Ver a mi peque haciendo puzles en la tablet antes de cumplir los 2 años era memorable, qué manejo tenía moviendo las fichas por la pantalla con sólo un dedo. Y eso le ha servido para hacer puzles de los normales con mayor facilidad. Aprender números y colores de forma interactiva también es divertido, sin olvidar los cuentos y juegos tradicionales, creo que hay espacio para todo. No me gusta que pasen horas delante de estos dispositivos, hay que administrarles el tiempo y los padres somos los principales responsables de esto. He visto a niños en restaurantes enganchados a la tablet, mientras su padres comen “tranquilamente” y le meten la comida en la boca a un niño que no molesta. Desde luego, eso NO es lo adecuado.
Antes de dejarles investigar por la red, deberíamos estar con ellos. Yo superviso los juegos que bajo para la peque o el contenido que ve. Y con el mayor llevo unos años, enseñándole, explicándole, advirtiéndole de los peligros potenciales de la red y alabando las virtudes que tiene poder encontrar cualquier tipo de información en un momento. Está claro que la tecnología forma parte de sus vidas, la mayoría de los trabajos que hace en el instituto son a través del ordenador y de programas diseñados para tal fin.
¿Pero qué ocurre cuando están conectados? Seguro que a veces se conectan “sin querer” a sitios donde no deberían estar. Con la peque me pasó alguna vez de dejarle mi móvil y acabar publicando letras inconexas en mi muro de Facebook. Para evitar esos problemas, mi móvil es de mi propiedad y ya no lo usa. Pero sí usa la tablet. Con la tablet o el ordenador tenemos la ventaja de poder crear distintos usuarios, de modo que no es lo mismo si la uso yo, si la usa el mayor o si la usa la pequeña. Cada uno tiene su acceso y su nivel de control. Creando usuarios diferentes, cada uno tendrá unas opciones diferentes.
Configurar cuentas de usuario en Windows es bastante sencillo. Sólo hay que ir a Mi PC > Panel de control > Cuentas de usuario y protección infantil > Agregar cuentas de usuario y hacer una cuenta estándar para nuestros hijos. Luego, desde las cuentas de usuario, podemos activar el control parental y configurarlo según las necesidades.
Otro punto básico es tener un antivirus instalado. Hay páginas que redirigen automáticamente a otras páginas donde podemos encontrar cosas que no nos gusten o que descarguen cosas que no deberíamos tener. Para ello, internet y antivirus deberían estar siempre ligados. Existen distintos tipos de antivirus en el mercado, uno que incluya también control parental aumenta la protección de nuestros hijos. Desde estos controles podemos configurar cosas como el tiempo de uso, el tipo de contenidos que pueden ver, las edades recomendadas o restringir páginas específicas.
Internet y las nuevas tecnologías están presentes en las vidas de nuestros hijos. Debemos ayudarles a progresar y también debemos protegerles. Debemos animarles a aprender y también debemos enseñarles a protegerse.
(Imágenes gratuitas tomadas de Pixabay)