Ya no es el indefenso bebé con el que has estado conviviendo meses. Ahora tiene muchas más inquietudes y su sed de conocimiento no tiene fin. De hecho, es lo que le ha impulsado a ponerse a dos piernas y lanzarse a andar. Claro, que lo que significa independencia para nuestros hijos, también significa riesgo y preocupaciones para los padres. Las casas de hoy en día, no están pensadas para los niños. Así es que es nuestra labor preparar su entorno para que corra los menores riesgos posibles y que esté seguro.
Como ve la casa el bebé.
Como ya hemos visto en los anteriores posts, de la seguridad para el bebé, y el bebé que empieza a gatear. Debemos ponernos en su situación para poder encontrar y ver los peligros que le pueden acechar. Desde nuestro angulo de visión puede que no veamos un cable que está debajo de un mueble. Y que el bebé si vería y seguro que intenta cogerlo en algún momento.
Haz un repaso por la casa, prestando más atención a la cocina y al baño. Que son las habitaciones con más riesgo. Y en verdad donde no debería entrar nada más empezar a andar, sin supervisión. Intenta tener siempre esas dos puertas cerradas.
Aunque en las casas actuales, los mayores riesgos, los concentran las instalaciones electricas. Cada vez tenemos más número de aparatos electricos, que tenemos que enchufar para usar, o para cargar. Revisa todas las conexiones y los triples que tengamos. Asegurate, que no están a su alcance y que son de calidad y seguros.
Analizamos los puntos más inseguros de un hogar.
Como ya hemos visto antes, los niños están sometidos a un gran número de riesgos. Y debemos mantener todos los consejos que hemos visto hasta ahora. Aunque con los meses, se van ampliando. Evidentemente, aun no podemos dejar solo al niño ni en el cambiador ni en la bañera bajo ningún concepto. Pero, los objetos que antes eran totalmente inofensivos para él. Ahora se vuelven peligrosos.
- Las caídas: Cuando un bebé, está aprendiendo a andar. Lo más normal es que sufra un gran número de caídas en los intentos. El problema surge en las esquinas, en las mesas, escalones, muebles, radiadores… Sobre los que el bebé o el niño, se pueden caer. Para evitarlo, debemos ver cada esquina de la casa y el riesgo que tiene de hacerle daño al darse un golpe. Evidentemente cualquier parte que pueda cortar debemos protegerla.
- Atragantamientos: Hasta hace muy poco, el niño tan solo llegaba a un par de mesas para levantarse. Ahora, su estado natural es de pie. Con lo que su acceso será mucho mayor a todas las partes de la casa que estén a más de un metro del suelo. No debemos dejar nada a su alcance que pueda propiciar un atragantamiento al niño. Por lo menos, hasta que estemos seguros de que el niño no va a tocar lo que no debe.
- Las escaleras: Las casas con dos pisos, pueden ser peligrosas para los niños. Si no las tenemos correctamente adecuadas. Es importante que coloquemos una vaya infantil en el principio y otra en el fin de la escalera. Para que el niño no pueda subir solo hasta que estemos seguros de que es capaz de subir sin riesgo.
- Los limites: No tardará mucho en querer subirse a sitios más altos y querer más. Y para ésto y muchas otras cosas, no tenemos medio de protección, salvo la educación. Debemos ocuparnos y hacerle entender donde puede y donde no puede subir o tocar.