La Selección española confirmó su poderío

Al momento de iniciarse el 2012 traía consigo un desafío grande para la Selección española, similar al que ya había tenido que encarar en 2010 afrontando el Mundial de Sudáfrica siendo Campeón de Europa. Al disputarse nuevamente la Euro e iniciarse las Eliminatorias rumbo al Mundial de Brasil, el mismo no era otro que el de volver a ratificar el poderío que a lo largo de estos años demostró tener y hacer valer su condición de mejor seleccionado del planeta.

Lidiando muy bien con los favoritismos y cumpliendo con las expectativas, el mismo fue un objetivo que volvió a cumplir. En primer lugar permaneciendo fiel a la ideología futbolística que lo condujo al éxito tras años y años de frustraciones pese a ver su rendimiento afectado por pronunciados vaivenes producto, entre otras cosas, del mayor conocimiento y el deseo de gesta de los rivales. Y en segundo respaldándolo todo otra vez con un titulo al alzar el grito en Kiev y transformarse en el primer combinado nacional que logra conquistar la Eurocopa dos veces consecutivas encadenando un Mundial en el medio.

Justamente por lo mencionado lograr semejante hito no fue nada sencillo para el cuadro conducido por Vicente Del Bosque, que en tierras polacas y ucranianas lidió con inconvenientes futbolísticos similares a los que atravesó dos años atrás en Sudáfrica y pese a exhibirse enormemente consistente y seguro no logró dotar con regularidad a su juego de gran profundidad, frescura y lucidez, en lo que resultó ser un déficit que a lo largo del certamen se hizo muy visible y le trajo más de un problema en muchos de los encuentros que disputó.

Dicho inconveniente volvió mucho más resolutivo al equipo, que siendo menos brillante de lo que logró ser en gran cantidad de oportunidades y gestando maniobras ofensivas que propicien situaciones claras de gol con menos constancia de la acostumbrada igual consiguió volverse casi siempre dominante utilizando a su favor su habitual posesión del balón como medio para administrar el juego y ponerse a resguardo de daños rivales a la espera de esos instantes en los que encuentra espacios abiertos para desactivar defensas cerradas e inaugurar resultados que premian su inigualable paciencia.

Sin tener en cuenta el encuentro de primera ronda ante Irlanda, rival demasiado débil, el esplendor tan aclamado y esperado sólo apareció completamente frente a Italia nada más ni nada menos que en la gran final, en la que reivindicándose con honores alcanzando nuevamente la más absoluta perfección el seleccionado firmó una maravillosa e inolvidable exhibición aderezada por cuatro goles que sirvieron para que se produzca la mayor goleada histórica en un duelo decisivo de Eurocopa haciendo gala de todos los recursos futbolísticos que tanto le había costado sacar a relucir eficazmente con anterioridad magistralmente conducido por Xavi Hernández y Andrés Iniesta, a quienes se sumaron muy bien el resto de los jugadores.

Similares fueron los vaivenes una vez que comenzaron las Eliminatorias clasificatorias rumbo al Mundial 2014, en las que ya como bicampeón europeo el equipo goleó con absoluta facilidad a Bielorrusia en Minsk pero en encuentros en los que no mostró un buen nivel sudó mucho más de lo esperado para superar a Georgia en Tiflis y sufrió un empate muy doloroso ante Francia en Madrid cuando tenia la victoria prácticamente asegurada, el cual ahora lo obliga a rescatar un resultado positivo el 26 de marzo venidero en París para no ser superado en puntos por el conjunto dirigido por Didier Deschamps y quedar en dificultad para lograr la codiciada primera plaza que da pasaje directo a Brasil.

Realizando un balance más centrado en los números que en lo pura y exclusivamente futbolístico, lo que vale remarcar es que sumándole siete choques amistosos a estos seis correspondientes a la Eurocopa y tres a las Eliminatorias mundialistas el seleccionado español disputó 16 encuentros en el año y no perdió ninguno, logrando acabar invicto como lo hizo en 2007 y 2008 dándole forma a un histórico récord de imbatibilidad que fue interrumpido por Estados Unidos en semifinales de la Copa Confederaciones 2009 cuando ya era de 35 encuentros.

De esos 16 compromisos España ganó 13 (saldando con éxito todos los amistosos) y empató 3, ante Italia y Portugal (al que superó por penales) en la Euro y frente a Francia en el encuentro clasificatorio antes citado, refrendando su poder ofensivo con 42 goles a favor y dando cuenta de su consolidación definitiva en defensa con tan sólo 5 en contra para así redondear un trayecto prácticamente perfecto que le permitió acabar como el mejor combinado nacional en el ranking que elabora la FIFA nada más ni nada menos que por quinto año consecutivo.

Al fin y al cabo el que se termina ha sido un año fantástico para la Selección española, que aunque como hemos repasado estuvo salpicado por rendimientos dispares se vio alimentado por otra gran conquista que sirvió para que este exitoso y ya a esta altura legendario ciclo que se inició en 2008 de la mano de Luis Aragonés para luego continuar con Del Bosque y lleva la firma de una generación maravillosa e irrepetible de futbolistas siga extendiéndose.