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La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

Publicado el 18 diciembre 2018 por Manuzapata @vivazapatanet
La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

El bailarín evoluciona por la pista al son de una música lúgubre encerrado en el círculo de luz que desprende un foco que proyecta varias sombras que lo cruzan simulando los barrotes de una celda. Cuando termina la rutina, Carlos Acosta se acerca a su alter ego en el escenario y le interpela golpeándole con fuerza en el pecho. Quiero que me des más. Quiero que te afecte, que te duela. Es el dolor de la vida. A eso lo llamaba yo la sensación del miércoles. Es la soledad que he sentido toda mi vida y que todavía siento de adulto. El miércoles era el día de visitas. Todos los niños estaban acompañados. Ni mi padre, que trabajaba con el camión, ni mi madre, enferma, podían venir a verme, y yo sufría una soledad inmensa.

La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

Esta secuencia surge como eco a las imágenes que muestra la llegada de un Carlos Acosta adolescente a la escuela de danza de Pinar del Río. Solo y desvalido. Una prisión para él. Se encuentra en mitad de un largometraje que contiene una película y un ballet que narran la vida del bailarín cubano y discurren en paralelo, pasado y presente. A raíz del montaje de esa pieza que recrea su existencia, Acosta rememora cómo se inició en el mundo del baile y la peculiar relación que siempre tuvo con su progenitor.

La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

La filmografía de Icíar Bollaín ha ido oscilando entre lo sublime y lo meramente interesante. Entre lo más granado, Te doy mis ojos y El olivo, su último trabajo. Yuli mantiene ese nivel de excelencia durante los primeros cuarenta minutos. A partir de ahí el argumento comienza a plegarse sobre sí mismo, a hacerse reiterativo. La indudable belleza de las coreografías que impregna las secuencias musicales conlleva un problema, su redundancia. Cuentan algo que ya hemos visto a través de flashbacks de modo que, en lugar de actuar como recurso narrativo para que avance la trama, se limitan a repetir información. Así, la cinta se ve lastrada en cuanto a duración. Esto se podría haber solucionado, de manera creativa, optando por mostrar ciertos pasajes de forma clásica y otros a través de la danza o, incluso, alternándose, algo que se llega a insinuar en ciertos momentos y que aporta agilidad y ritmo.

La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

En el fondo quedan los temas del sentimiento de pertenencia, la identidad, el origen. Qué significa ser negro y nieto de esclavos, no ya en la sociedad cubana, sino dentro de tu propia familia. El baile como camino hacia la libertad pero sin olvidar las raíces, a pesar de los consejos y unas relaciones paterno filiales un tanto borrascosas. Todo, lamentablemente, en un filme irregular, con más altos que bajos, pero que no deja de ser una montaña rusa cuando podría aspirar a lo máximo de haber sido capaz de condensar el relato a través del montaje, evitando circunloquios innecesarios y utilizando los segmentos balletísticos a modo de metáfora y de forma complementaria a las secuencias que relatan el azaroso periplo vital de Carlos Acosta.

La sensación del miércoles – Crítica de “Yuli” (2018)

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos

Copyright imágenes  ©  Morena Films, Potboiler Productions, Match Factory Productions, BBC Films, Galápagos Media. Cortesía de EOne Films Spain. Reservados todos los derechos.

Yuli

Dirección: Icíar Bollaín

Guión: Paul Laverty y Carlos Acosta, basado en la autobiografía de este último “No way home”

Intérpretes: Carlos Acosta, Santiago Alfonso, Laura de la Uz

Música: Alberto Iglesias

Fotografía: Alex Catalán

Duración: 115 min.

España, Cuba, Reino Unido, Alemania, 2018

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