La sexualidad a los 4 años

Son muchos los que han estudiado a lo largo de la historia la sexualidad des de que nacemos hasta que morimos. Miles de estudios y artículos, pero las madres (y padres) tenemos la gran oportunidad de ir viendo de primera mano, a través de nuestros hijos, cómo van avanzando en cada una de estas etapas.

Hará unos meses que observo como mi Peque está explosionando a lo que la sexualidad se refiere. Hasta hace poco la sexualidad únicamente se basaba básicamente (valga la redundancia) en:

• Observar que niños/papas: cuca (pene) y niñas/mamás: vulva.
• Preguntarme por qué yo no tengo cuca y yo responderle “porque las niñas y mamas no tenemos (y punto)”
• Llorar y quejarse cuando por las mañanas se levantaba con erección (¡no le gustaba para nada!)

Pero ahora…os cuento…

Ahora mismo, con 4 años, definiría esta etapa sexual de mi hijo en dos palabras: exhibicionismo y curiosidad.

Exhibicionismo. La palabra lo dice todo. Dícese de chulear todo el rato de su pene. No me imaginaba que con esta edad ya esta parte del cuerpo se convirtiera en el orgullo de un niño. Todavía no se ha quitado la gabardina en el patio del colegio, pero en casa y con conocidos es un no parar de exhibir su atributo.

Curiosidad. Dicen que la curiosidad mata al gato, pero en este caso me va a matar a mi. El “pues porque las niñas y madres tenemos vulva, y punto” me parece a mí que tiene los días contados y voy a tener que ir desempolvando aquel libro que os recomendé hace algun tiempo llamado ¿Por qué tu no tienes pito?.

Foto: http://www.shutterstock. com

Pero la curiosidad no se queda sólo en preguntas, sinó que va algo más allá. Le encanta tocar las tetas, el culo y la vulva de las mujeres, así, cuál tal os lo explico. De momento sólo a las de confianza, aunque no puedo poner la mano en el fuego pues no lo veo en el colegio… A la que te descuidas te agarra las tetas o te pega un manotazo en la parte posterior o anterior de los pantalones. Ya os conté este verano de mi odisea en los vestuarios de mujeres, pues a éso añádele que no se conforma con ver, sinó que ahora también quiere…palpar.

Además de querer tocar a los demás, se palpa él mismo, centrándose (of course) en su miembro viril y ya hace tiempo que ha descubierto que cuando cogemos ciertas bajadas con el coche le dan ciertas cosquillitas (y le gustan). Y ahora que pienso…hace tiempo que no se queja cuando tiene una erección matinal…

Ah, y a todo ello añadidle que hoy mismo me ha llamado cuando estaba en el lavabo para decirme que ya tenía un pelo en sus partes nobles. Después se los ha mirado más detenidamente y se ha dado cuenta que no, que todavía no.

Dicen (y así también creo yo) que los niños como mejor aprenden es experimentanto, tocando y jugando, y en el sexo no tiene por qué ser diferente. Eso sí, con ciertos límites. No quiero inhibirle, pero tampoco que vaya tocando a la gente así como así. Educarle para que respete el cuerpo de los demás, pero sin miedo a preguntar sobre toda las dudas que le surjan.  En la sexualidad siempre he creído que no hay nada mejor que conocer el cuerpo de los demás y el tuyo mismo para poder vivirla plenamente (en la edad correspondiente). Frases como “¡no te toques!” tendrían que quedar suprimidas. Después, ya veré yo cómo me las arreglo para salir aireosa de ciertas charlas…de momento…”¡mierdas! dónde coño estará aquel libro?!?!?“

¿Cómo afrontáis estas etapas sexuales de vuestr@s hij@s? ¿cómo las vivís? ¿en qué etapa se encuentran?