Continuemos nuestro viaje en el tiempo para conocer más sobre los usos y costumbres relacionados con la sexualidad.
Los griegos son un claro ejemplo de una sociedad liberal, para ellos la homosexualidad era practicada con asiduidad sobre todo entre las clases sociales más altas. Los más famosos y reputados filósofos griegos gustaban de las personas de su mismo sexo sin verse condenados a su práctica clandestina como sucedió más adelante.
Estos hombres solían ser bisexuales ya que mantenían esposa e hijos. Sus prácticas eran sobretodo onanistas, las relaciones anales nunca se desarrollaban entre hombres de la misma clase social, ya que eran consideradas como una manera de expresar poder.
La conducta homosexual femenina se ve por ejemplo en la figura de la poetisa Safo quien creó una escuela sólo para mujeres en una isla, en sus versos narra las relaciones amorosas que mantenía con sus alumnas. Si bien también en este caso Safo era bisexual ya que se casó y murió locamente enamorada de un hombre.
Las prostitutas griegas tenían el nombre de Hetairas teniendo una gran influencia en la sociedad griega por ser consideradas no sólo instrumentos sexuales sino compañeras de prohombres de la talla de Aristóteles.
En Roma podemos distinguir dos épocas:
- la republicana que defiende el matrimonio monógamo, la valoración de la virginidad, la fidelidad…
- la imperial con su concepción mucho más progresista según la cual la mujer que pasa, por fin, a tener iniciativa sexual.
El prototipo de mujer romana de esta época imperial es Mesalina tercera mujer de Claudio, quien se dice tenía una habitación propia en un prostíbulo en la que recibía a los hombres y si no la satisfacían los mataba.
El cristianismo redujo la práctica sexual al ámbito del matrimonio.
La mujer pasó a ser clasificada en dos vertientes contrapuestas la mujer pecadora, mala que arrastra al hombre a su perdición frente a la virgen, inocente y virtuosa. Esto unido al celibato monacal radical condujo a una enorme misoginia.