La ausencia o poca distribución de este mineral llamado Silicea conduce a una mala postura o incluso a una desviación del raquis (esclerosis) debido al poco desarrollo de los huesos.
La Silicea, además, impide la formación irregular de huesos durante el crecimiento y previene enfermedades reumáticas crónicas en las articulaciones, como la artrosis o la gota; periostitis, tendovaginitis, alteraciones del desarrollo y el crecimiento del sistema óseo y la osteoporosis.
La pomada de Silicea sirve como complemento de la sal de Silicea ante la supuración de huesos.
Se recomienda su uso para las enfermedades degenerativas del cartílago de las articulaciones, por ejemplo, de las caderas (coxartrosis) o rodillas (gonartrosis).
Se vende en farmacias.