La acción real está sirviendo como método ideal para paliar la falta de ideas y este clásico Disney no iba a ser una excepción. La pregunta es, ¿qué aporta respecto al original? Pues prácticamente es un calco alargado cincuenta minutos, con alguna escena extra y dándole un poco más de contexto al príncipe, pero por lo demás no destaca en nada aunque tampoco chirría. Curiosamente el tiempo extra añadido no le pasa factura en lo que a entretenimiento se refiere, y la canciones se mantienen fieles a la partitura de toda la vida, con un reparto que cumple y que deja en evidencia la polémica racial que generó. En resumidas cuentas, hay que verla por la mera curiosidad de saber que han hecho, pero si quieres revivir esta mítica historia, mejor ponte La sirenita de siempre, te llevará menos tiempo verla y además te dará una buena dosis de impagable nostalgia.
Mi puntuación: 5/10