Revista Cultura y Ocio

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey de Mary Ann Shaffer - Annie Barrows

Publicado el 04 diciembre 2013 por Hsusurradas @HSusurradas
La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey de Mary Ann Shaffer - Annie BarrowsLa sociedad literaria y el pastel de piel de patata de GuernseyMary Ann Shaffer - Annie BarrowsTítulo original: The Guernsey Literary and Potato Peel Pie SocietyEditorial: RBA/25 de noviembre de 2010ISBN: 978-8498678765Género: Epistolar
Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton está buscando el argumento para su próximo libro. ¿Quién podría imaginarse que lo encontraría en la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet? A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en un mundo maravillosamente excéntrico. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey - nacida como una coartada espontánea cuando sus miembros fueron descubiertos rompiendo el toque de queda de los alemanes- contiene una galería de personajes profundamente humanos, divertidos, encantadores, todos amantes de la literatura, que sobrellevaron la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, siempre alrededor de un pastel de piel de patata. Juliet empieza una importante correspondencia con los miembros de la sociedad, pequeñas joyas que hablan de libros y del placer de la lectura, de la amistad, de la vida cotidiana y del impacto reciente que la ocupación alemana ha tenido en sus vidas. Cautivada por sus historias, decide visitarles, y lo que encuentra le cambiará para siempre.

La carta de un desconocido a Juliet Ashton, una escritora en busca de inspiración, da inicio a una correspondencia que despierta la curiosidad de la mujer al acabar la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco se suman más cartas de extraños que residen en la isla de Guernsey, y Juliet descubre un variopinto club de lectura que nació en pleno conflicto, cuando los alemanes invadieron las islas del Canal de la Mancha. Fueron los únicos británicos que sufrieron la tiranía de la ocupación y gracias a muchos de esos vecinos que acaban por contar sus recuerdos en sus cartas, Juliet aprenderá a conocer a una mujer, Elizabeth, que se convirtió en el alma de una extraña sociedad literaria pero también una amiga para muchos habitantes de la isla.   
El caso es que hace poco una amiga comentó en Facebook que estaba leyendo La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey y que había quedado rendida ante la historia. De modo que decidí averiguar qué se escondía entre sus páginas.
En primer lugar debo advertir que el estilo epistolar no me llama mucho la atención, de modo que empecé la novela con reservas ya que muchas veces en este género los personajes quedan muy al margen, apenas si se dan a conocer; en este caso la correspondencia da a conocer los personajes de una historia singular y describe cómo se relacionan entre ellos gracias a sus recuerdos. En ese aspecto La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey cumple con mi expectativa, la autora ha conseguido caracterizar muy bien a sus personajes, ya sea la protagonista o los segundarios. No resulta difícil humanizarlos, porque los ha dotado de una personalidad bien definida.
También relata sin caer en la tristeza lo que fue la ocupación alemana en las islas británicas en el canal de la Mancha: las penurias, la violencia, el hambre, las deportaciones, el frío, etc. A través de un sinfín de detalles resulta sencillo conocer un poco mejor ese episodio que muchas veces pasa desapercibido en las crónicas de la Segunda Guerra Mundial, pero en este caso bajo el punto de vista de unas personas que nada tienen en común excepto vivir en la misma isla y que de manera accidental crean una sociedad literaria. Los libros se convierten en puertas hacia la libertad, ayudan a sobrellevar las penurias de la guerra y acaban creando entre un variopinto grupo de vecino una red de amistad encabezada por Elizabeth, una joven que no duda en ayudar hasta las últimas consecuencias.
La historia en si me ha gustado mucho, me ha parecido muy original, aunque me costó meterme en esa correspondencia que podía llegar a ser un poco caótica, sobre todo al principio, y que siempre se movía en la superficie en cuanto a los sentimientos. Con todo la autora revela con sentido del humor las vidas de sus personajes de manera cercana, divertida o enternecedora. La protagonista es una mujer independiente y resuelta, decidida a tener en sus manos las riendas de su vida y dispuesta a saber más de los habitantes de la isla de Guernsey a toda costa, incluso en detrimento de un posible matrimonio. Enseguida siente un nexo de unión con muchos de ellos, ya sea por los libros que leen o porque aprecia en la gran mayoría una calidez que la atrae.
La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey ensalza la amistad, la lealtad, el don del sacrificio, la solidaridad, ese aspecto me ha encantado. El libro rebosa optimismo, alegría de vivir, sentido del humor, pero el mayor escollo de la novela ha sido su formato. La historia tiene un gran potencial humano con fuertes vínculos pero esa correspondencia hace que todo se relate de pasada, sin profundizar, lo que acaba diluyendo todos esos sentimientos que intentan aflorar pero que se pierden en la vaguedad.   
No sé si sencillamente lo empecé con mal pie por ser epistolar, pero no he disfrutado tanto como pensaba. Admito que es un reto plantear una historia a través de la correspondencia de una mujer con un gran número de personas, pero no me siento cómoda con el género. Creo que una narrativa con alguna que otra carta habría dado más profundidad a la historia de los habitantes de la isla de Guersney. Aun así, ha sido un placer conocerlos a todos, porque la autora los ha convertido en personas entrañables.
¿Lo aconsejaría? Desde luego no a todo el mundo… De hecho no le voy a poner ninguna calificación porque no sé muy bien si ponerle una carita sonriente o una seria. 

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