Hoy nos vamos a conocer un espacio privilegiado de Gijón donde disfrutar del buen tiempo y la buena mesa, el restaurante La Solana, en Mareo, concretamente en Camin de la Cuesta Gil, 140, para los parroquianos, en la misma carretera en la que tenemos las instalaciones del Real Grupo Covadonga (antiguo Centro Asturiano de la Habana), si venimos desde la salida de la autovía minera, una vez pasada la Escuela de futbol a mano izquierda, y si venimos de la carretera Carbonera desde Gijón, en el semáforo de Mareo esta señalizado.
La Solana se sitúa en una casona preciosa en una amplia finca , y dispone de jardines, parking propio y una zona infantil. El restaurante dispone de salones dentro de la casona para celebrar eventos o reuniones, así como un añadido al edificio con varias mesas, y la zona de terraza donde también se puede comer magníficamente si el tiempo acompaña, o simplemente disfrutar de un vermu mientras los niños corren y se divierten.
Una carta amplia de cocina clásica, con numerosos entrantes, donde destacan sus verduras en tempura, su pulpo braseado o su caldereta de pulpo con langostinos. También platos de cuchara con varios arroces a elegir, algunos pescados y un amplio surtido de carnes con, entre otros, entrecot, solomillo, cachopo, cabritu, paletilla,...
En esta visita pude probar primero un aperitivo gentileza de la casa, unos boquerones en vinagre muy ricos. De entrante tomamos la ensalada templada la solana, un mezclum de lechugas con brotes de soja y una variopinta mezcla de mariscos, con gambitas, mejillones, almejas,... y setas; no triunfo, resultaba una mezcla un poco extraña y los sabores no pegaban para nada. De plato principal solomillo al foie y Pedro Ximenez, acompañado de patatas fritas y cebolla caramelizada. Una buena ración al punto perfecto, carne tierna y acompañamiento no menos delicioso. En general raciones amplias y correctas.
De postre probé la tarta Piloña de chocolate y avellana, rico pero nada especial, una especie de mus con unas avellanas y la tarta de queso una especie de quesada con base de galleta que no estaba especialmente buena. La tarta Tatin y la Solana de turrón correctas.
De beber, ademas de una amplia carta de vinos disponen de sidra natural y de sidra DOP, en este caso Llosa Serantes de Llagar Piñera, con escanciador eléctrico o pitorro. Disponen de menú del día y festivo. Precio medio por persona de unos 25-30 € incluido pan, agua y café. El servicio educado pero daba sensación de algo desbordado.