Revista Diario

La soledad y mi bipolaridad

Por Chak
Llevo una semana solo. Mi esposa se fue de la ciudad para pasar unos días con su familia y me he quedado solo. No sé qué pensar. Me siento muy bien así. Sin que nadie me espere en el departamento, sin tener que dar un recuento de qué sucedió en el día, sin las tontas discusiones que solemos tener. En serio, ha sido relajante.
Incluso me he dado el lujo da hacer cosas que por lo general no hago, como traer una amiga a la casa y platicar. Sólo platicar. Mi esposa, a la distancia, se enteró y ha armado un lío que bueno...
Aún así, no me arrepiento. Ha sido bueno convivir con otras personas, hacer cosas diferentes, salir de la rutina. Simplemente, hoy, como hacía mucho tiempo, cociné sólo para mi, y me sentí tan bien, que hasta no me importó no compartirlo. También tomé un par de vasos de vino, y no me emborraché, sólo lo disfruté con la comida escuchando a John Coltrane... Magnífico.
Caso contrario al de ella, creo. Cuando me deja solo, se queda como con un sentimiento de culpa, de preocupación porque piensa que me voy a matar, que voy a dejarme morir de hambre, que voy a buscar a otras mujeres. Pero no lo hago, no me interesa, no al menos para tener sexo o enamorarme locamente de ellas. Me gusta platicar con ellas. No con todas, con mis amigas, que son pocas, pero interesantes.
Creo que la soledad no es tan mala. Después de esta experiencia, le tengo menos miedo a la separación. Al menos desde esta perspectiva. Sé que un rompimiento implica un duelo y la desagradable repartición de cosas, propiedades, y culpas, pero eso es transitorio, un mal trago que se acaba en cuanto se firman las actas adecuadas. No sería tan doloroso. Sólo nos incumbe a nosotros porque no tenemos hijos y, como sea, ha sido bueno para este escenario.
No, definitivamente no le tengo miedo a la soledad, a no tener a nadie con quién hablar en las noches, a quién abrazar en al cama. Sí, me haría falta, pero no por eso me moriría. Tengo más miedo de la muerte con ella a mi lado que sin ella.
Por eso no la quiero dejar, por eso la ruptura es una posibilidad que quisiera dejar de lado y más bien concentrarme en evolucionar esta relación que ya está estancada, que parece ya no ir a ningún lado y que, sin embargo, espera a ser lanzada, catapultada a otro nivel, a otro estadio.

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