Revista Cine

La sombra de la ley - 2018

Publicado el 09 noviembre 2018 por Jimmy Fdz
La sombra de la ley - 2018
Director: Dani de la Torre
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No sabía que iba a estar viendo "La sombra de la ley" tan pronto. La película me tenía entusiasmado, el trailer me pareció genial, tiraba muy buena pinta. Lo que queda es la pinta porque, no lo vamos a negar (nadie lo puede negar), el diseño de producción es impresionante, magnífico, de lujo: la ambientación es impecable, exquisita, deliciosa, así como la dirección de fotografía. Las referencias cinematográficas/visuales a los grandes del cine tienen su gracia (el de "Wings" me pareció adorable) pero una película no mide su calidad por las reverencias y referencias que prodigue a las grandes obras del séptimo arte, y en ese sentido comparto que esta película es demasiado calculada y estudiada como para aportar ideas propias, que parece imperar el deseo del director por homenajear y respetar a sus maestros de referencia por sobre la construcción y ejecución de una propuesta fílmica propia; no diré que a la película le falta alma, no iré tan lejos, pero sí le falta identidad y un poco más de energía en la sangre. En ese sentido, "La sombra de la ley" no es ni cine negro ni de gángsters ni nada: es la reproducción de esos géneros, la reproducción de sus técnicas, la reproducción de sus códigos, porque, en esencia, esta película tampoco es cine de género ni cine de autor ni nada por el estilo: en realidad es cine palomitero, un blockbuster de tomo y lomo (no necesariamente por el presupuesto, que un autor tiene derecho a manejar presupuestos grandes, como por la feble vocación que desprende esta película), con sus esquemas y convenciones disfrazadas de hombres duros y femmes fatales y claroscuros y disparos y secuencias de acción no muy vibrantes ni intensas ni deslumbrantes que digamos, y claro, el conjunto disfrazado de "histórico" aunque todo el asunto de policías y anarquistas (por ahí hay una escena con una manifestación de reivindicaciones feministas, pero luego ni la película ni ningún personaje recuerda a las pobres), en el fondo, sea un relato esquemático de buenos contra malos, y los malos son tan malos que están dispuestos a colaborar entre sí aunque se odien a muerte con tal de mearle un poco el café de la mañana a los buenos. Este argumento (su esquema, sus conflictos, sus giros, sus personajes) podría ambientarse en cualquier período/época/acontecimiento-crucial de la humanidad y, manejada como está, acabar más o menos en los mismos resultados porque así es lo esquemático, siempre transcurre igual.Dentro de todo, la película se puede ver a pesar de su tambaleante guión (la intrascendencia y poco peso de personajes y conflictos amenaza constantemente con desmoronar el conjunto; en última instancia impide que uno se sumerja de verdad en su "historia") porque al menos mantiene el impulso de su arranque, que como aún nada estaba tan claro entonces no se notaban los agujeros y baches del guión, discurriendo la trama con relativa fluidez a pesar de esas contradicciones que más que sana ambigüedad provoca algo de desconcierto por lo torpe y forzado de algunos giros, informaciones varias y revelaciones rebuscadas. Todo confluye de forma algo previsible y con esos pequeños triunfos morales que gustan a la galería, de lo contrario estaríamos ante una película tildada de fascista y misógina (porque sabemos que los argumentos cinematográficos siempre son apologías de lo que narran).Sería injusto decir que no se puede ser un Leone o un Cimino, en todo caso se nota que Dani de la Torre, paradójicamente, pese a la falta de riesgo e identidad, quiere crear algo propio, pero para ello tiene que comenzar a visualizar sus películas con sus propias imágenes y no con las de los demás, aunque esto lo digo teniendo en cuenta "La sombra de la ley", la otra que hizo ya la veremos y de ahí sacaremos conclusiones.
En resumen, esta película es un triunfo en términos de producción, pero una decepción narrativa y cinematográficamente hablando.
La sombra de la ley - 2018

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