Revista Música
Un día David encontró lo que quería hacer con su música. Nos jugamos a decir que eso era sonreir. Más allá de la ternura que produce escuchar cantar a un padre con su hija, pasando el pequeño detalle que ese padre sea el guitarrista de Pink Floyd, más allá de enterarnos que esa hija, Romany, toca el harpa y canta muy, muy bien, la novedad musical que más nos sorprendió fue ver y escuchar a Gilmour sonreir.
El más flemático de los guitarristas británicos, ese que podía conmoverte hasta la última célula y hacerte llorar con una escala pentatónica sin cambiar nunca la expresión de su cara ahora emociona desde otro lado. Para otra vida quedaron los rayos láser de precisión y el sonido cuadrafónico libre de toda impureza. Gilmour estaba para otra cosa, hoy con una criolla y una sonrisa tocando en una sobremesa con toda su familia, su nietos y su perro parece haber encontrado su lugar más cómodo y nos recuerda, por si no lo recordábamos, que lo esencial siempre está ahí a mano.
Yes, I Have Ghosts una canción de cuna para que hasta el más insomne duerma en paz. La escribió junto a su esposa para Theatre for Dreamers un audiolibro, escrito por ella, que tiene a Cohen como eje del relato y se nota el homenaje. Gilmour encontró en su hija una socia creativa y su fuerza expresiva de hoy. Todo un aspiracional de padre.
Bonus track "If it Be your Will" cover de sobremesa de Leonard Cohen.