Revista Diario
El tiempo no es oro, el tiempo es vida (J.L.Sampedro).
José Luis Sampedro fue un escritor y pensador fabuloso. Fue, sobre todo, un filósofo de la vida.
Entre mis recomendaciones literarias, siempre que me piden opinión, está La sonrisa etrusca, deliciosa novela de José Luis Sampedro. Y digo deliciosa porque es de esos libros que estás deseando abrir para seguir leyendo, de los que lees decenas de páginas casi sin darte cuenta, de los que hacen que el trayecto en metro sea mucho más corto.
Ambientada en Milán, cuenta cómo Bruno, un calabrés de más de 60 años, debe adaptarse a la vida en la ciudad, con su hijo, su nuera y su nieto. Lo que parecía iba a ser uno de los retos más difíciles a los que se había enfrentado (y no eran pocos, pues se empeña en hacernos saber que fue partisano durante la Segunda Guerra Mundial), se vuelve una etapa llena de descubrimientos.
Uno de estos descubrimientos será su nieto, su tocayo y compañero de fatigas durante sus días en la ciudad. Y es que Bruno, acostumbrado a vivir en el campo y a la vida pausada, se ve obligado a incorporarse al frenético ritmo de la vida moderna.
Durante la novela, el protagonista sufre una bonita evolución, donde podemos ver cómo los miedos propios de alguien sin fuerzas, que se enfrenta a lo desconocido, recupera toda la frescura que muchos relacionan sólo con la juventud y experimenta sensaciones antes desconocidas.
José Luis Sampedro nos hace ver que la vejez también puede ser dulce, atrevida y divertida. Puede ser sentida, amada y disfrutada. Si queréis conocer una bonita historia protagonizada por alguien que hace mucho que dejó la juventud, os recomiendo esta novela.
Si la conocéis, la habéis leído o la estáis disfrutando ahora mismo, hacernos llegar vuestras opiniones, seguro que son muchas y encontradas.