Clara Angela Brascia para El País:
“La edad media ha bajado unos 10 años. Si antes los pacientes empezaban a tener problemas con los 70-80 años, ahora pasa ya una década antes″, asegura Mari Cruz Iglesias, jefa de servicio de la unidad de Otorrinolaringología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. La doctora explica que la hipoacusia y sordera de estos pacientes no tiene nada que ver con el natural envejecimiento del oído interno —que se conoce como presbiacusia— sino que depende de la exposición prolongada al ruido. “El tráfico, el cine, los conciertos y las discotecas. Incluso cuando entramos en las tiendas para hacer compras hay música. Es una vida envuelta en muchísimo traumatismo acústico que perdura todo el rato”, expone Iglesias.
La OMS prevé que para el 2050, unos 2.500 millones de personas en el mundo —es decir, una de cada cuatro— tenga algún grado de pérdida auditiva. Aunque las cifras en aumento se deben principalmente a los cambios demográficos, como el crecimiento mundial de la población en edad avanzada, hay otros factores que influyen en la salud auditiva de una persona a lo largo de su vida. Un agente principal es, precisamente, el ruido excesivo.