La historia del origen y propagación de esta sopa resulta muy interesante, aunque también algo triste, porque está profundamente ligada a los aspectos menos edificantes de las relaciones entre Europa, América y África. Como es sabido, con el descubrimiento de América llegaron a Europa a partir del siglo XVI toda una serie de alimentos hasta entonces desconocidos. Entre ellos se encontraban los tomates, las patatas, el cacao, los pimientos, y también un pequeño fruto tan sabroso como nutritivo: el cacahuete, nombre derivado del nahua ¨cacahuatl¨. Desgraciadamente, durante la época de los grandes imperios coloniales, Europa no sólo comerciaba con productos, sino también con seres humanos. El comercio transoceánico de esclavos llevados de África a América cambió, como sabemos, la historia y la composición étnica del Nuevo Mundo. Los tratantes de esclavos portugueses que transportaban africanos a América llevaban en estos barcos cacahuetes, por tratarse de un alimento barato y de alto poder nutritivo que dar a los cautivos durante el trayecto. Con el paso del tiempo, los africanos traídos a América incorporaron este fruto en su dieta habitual. La presencia de este alimento en la dieta de las clases más humildes sigue siendo evidente hoy en día, sobre todo en los estados sureños, donde hay mayor población africano-americana descendiente de los antiguos esclavos. En lugares como Louisiana, Alabama o Virginia, por ejemplo, la herencia gastronómica africana sigue viva de manera muy palpable.
La sopa de cacahuete que todavía hoy se elabora en varias partes de Estados Unidos es un claro ejemplo de cómo la historia siempre acaba llegando, de un modo u otro, a nuestra mesa. Heredada directamente de los esclavos que trabajaban en las plantaciones, la peanut soup o Cream of peanut soup es una deliciosa reliquia culinaria. Se ha preservado sobre todo en Virginia, reflejando así la historia colonial de este estado, donde todavía pueden visitarse majestuosas mansiones situadas en lo que antaño eran inmensas plantaciones. Virginia fue la primera colonia inglesa de los Estados Unidos, y en 1619 ya importaba esclavos para las rentables plantaciones de tabaco, algodón, café y azúcar. En la actualidad es uno de los estados productores de cacahuetes más importantes, con más de 3.000 granjas que mueven millones de dólares al año. Otros estados donde podéis encontrar granjas de cacahuetes son North Carolina, Georgia y California.
La peanut soup tiene una textura cremosa y es muy nutritiva. No es de extrañar que fuera una comida habitual en las plantaciones, ya que por un lado es muy barata y fácil de elaborar, y por otro, sacia el apetito muy eficazmente al tiempo que proporciona mucha energía. Se hace con una base de caldo de pollo o de verduras, y se le añade nata líquida para darle mayor cremosidad. La versión que yo probé llevaba además garbanzos, que enriquecían la textura, y otro producto netamente americano, el tomate. La conjunción de sabores de los cacahuetes y el caldo de carne resulta sorprendentemente exquisita. Aunque es una humilde sopa, os aseguro que llena muchísimo.
Al tratarse de un plato antiguo y con historia, quería buscar una versión tradicional de la receta. La transcribo a continuación por si os atrevéis a probarla. Procede de un recetario muy interesante, titulado The Colonial Williamsburg Tavern Cookbook, donde encontramos una enorme variedad de platos que ya se cocinaban en Norteamérica en el siglo XVIII. Este recetario recoge la rica herencia culinaria del Williamsburg colonial, en la que se incluyen numerosos platos creados por las esclavas negras que cocinaban para los terratenientes blancos. El pueblo de Williamsburg en Virginia es hoy en día un estupendo destino turístico para los aficionados a la historia. Allí se recrea el modo de vida en los Estados Unidos cuando todavía no eran los Estados Unidos, sino una colonia británica que no lograría su independencia hasta 1776 y que aún tardaría 89 años más en abolir la esclavitud.
King´s Arms Tavern Cream of Peanut Soup
Ingredientes
55 gr. de mantequilla
1 cebolla mediana, picada
2 palitos de apio, picado
3 cucharadas de harina
2 litros de caldo de pollo
100 gr. de manteca de cacahuete cremosa
300 ml. de nata líquida
un puñado de cacahuetes picados, para adornar
Derretir la mantequilla en una cazuela grande a fuego medio. Añadir la cebolla picada y el apio, y cocinar removiendo hasta que se ablande, entre 3 y 5 minutos. Añadir la harina y cocinar durante otros 2 minutos. Verter el caldo de pollo, subir el fuego para que hierva y continuar removiendo. Una vez que está hirviendo, bajar el fuego a intensidad media durante unos 15 minutos, dejando que el caldo engorde. A continuación, pasar por un colador y presionar las verduras para extraer todo el sabor. Volver a poner el líquido resultante en la cazuela. Finalmente, añadir la manteca de cacahuete y la nata y batir ligeramente para que se mezclen bien, durante unos 5 minutos. La sopa no debe hervir. Servir caliente, adornándola con los cacahuetes picados.
¡Que aproveche!