Revista Cine
"La Strada es el catálogo completo de todo mi universo mitológico."
La cuarta película del reputado cineasta italiano Federico Fellini, y fue la que sentó las bases de dicha reputación a nivel internacional. Se ha dicho que el estilo de fábula y reminiscencias surrealistas de 'La Strada' inició el cambio del neorrealismo de posguerra que había dominado el cine italiano y en el que Fellini había estado implicado. La acción de la película podría desarrollarse en cualquier época y lugar, es un cuento de amor y celos con el trasfondo circense, recurrente en la filmografía de Fellini.
A lo largo de su carrera, Fellini se sintió fascinado por la tensión entre el aspecto teatral de los personajes y su compleja vida interior. Giuletta Masina, mujer del cineasta, se inscribió en la memoria cinematográfica como la pequeña y divertida Gelsomina, una especie de duende Chaplinesco que creía profundamente en la bondad del ser humano. Sus viñetas de aspecto frágil pero completas de vida llenan el filme de belleza, tristeza, humor y comprensión. La cara de payaso triste de Gelsomina continúa siendo la imagen más inolvidable de la película, como decía el crítico francés André Bazin: "el personaje de Fellini no evoluciona, madura". Walt Disney manifestó su interés por hacer una película animada sobre Gelsomina.
'La Strada' no solo es una parábola social poética, sino un cuento cruel de redención religiosa que no gira exclusivamente alrededor de la lucha política de clases. Según el director, el filme abría una nueva perspectiva social, puesto que trataba de la experiencia común de dos personas, y en eso se apoya cualquier sociedad. Fellini no se limitaba a reflejar la realidad, apuntaba a la transcendencia. León de Plata en Venecia y Óscar a mejor película extranjera.