Revista Cultura y Ocio
A raíz de la entrada del otro día sobre el plurilingüismo, he recordado una idea que tuve hace tiempo para ahorrar los enormes costes que las diferencias lingüísticas le suponen a la Unión Europea (tanto en costes directos de traducción, como en ineficiencias causadas por las dificultades para la transmisión de información y la comunicación entre sus ciudadanos)..Se trataría de establecer un único idioma oficial común para toda la UE, que debería quedar como el único a efectos legales en el plazo de una generación (el único idoma oficial, quiero decir, no sugiero que desaparezcan los demás). Para decidir qué idioma iba a ser ése, se establecería un proceso de subasta, en el que cada país o grupo de países pujarían, ofreciendo a la UE la cantidad que estuvieran dispuestos a pagar a cambio de que el idioma oficial común terminara siendo el suyo. Este dinero serviría para financiar el coste de enseñanza obligatoria de ese idioma en todas las escuelas de la Unión en la forma más eficaz posible (y otras acciones de enseñanza), lo que supondría una enorme fuente de puestos de trabajo para los ahora hablantes nativos del idioma elegido..Imagino que los principales competidores en esta subasta serían el inglés y el español (que podrían contar con el apoyo financiero de países ajenos a la UE, y que se beneficiarían también directa e indirectamente con esas políticas), aunque seguramente los anglófonos pensarían que la gente iba a seguir aprendiendo inglés de todas maneras, y a lo mejor no estaban tan interesados como los hispanoparlantes. Fracófonos y germanófonos (y tal vez italianos) competirían también, pero pienso que tendrían menos posibilidades de ganar..Enrólate en el Otto Neurath