Sin palabras: Ver en tu barrio a esta rapaz tan emblemática.
Javier Rico
Una de las visitas clásicas primaverales de Aver Aves es acudir a la morada del animal más veloz del mundo. Las personas asiduas de este blog saben de sobra que no hace falta que nos embarquemos en un vuelo rumbo a África o América, ni tan siquiera coger la bici o el metro y acercarnos a los acantilados de los ríos Jarama o Manzanares. El halcón peregrino lo tenemos a escasos 200 metros de nuestro hogar/oficina en Carabanchel, y son varias las excursiones que hemos hecho con escolares y familias para demostrarlo. Verlo de nuevo al comienzo de primavera, entre febrero y marzo, nos recarga de alegría, sobre todo en esta temporada de cría, porque temíamos que la pérdida de la hembra del pasado año hiciera fracasar a la pareja de 2015.
“Hemos visto peleas en el aire entre tres halcones”. “Tiene que haber encontrado ya pareja, porque andan volando muy juntos dos de ellos”. “A primera hora se les ve a los dos merodear por el nido”. Aparte de nuestras propias observaciones, diversas personas que trabajan en el entorno del nido situado entre los distritos de Latina y Carabanchel nos informan de la evolución de los halcones peregrinos de este año. No quieren que nos vayamos de vacío los días que no los vemos.
Nos notan preocupados porque, aparte de la muerte de la hembra del año pasado (murió intoxicada por alguna paloma excesivamente contaminada), en el presente 2015 se colocó un andamio y hubo obras muy cerca del nido, algo que puede poner en riesgo la nidada. Por otro lado, recordamos también por aquí que en septiembre de 2013 se encontró muerto un ejemplar nacido en este nido. Este tipo de bajas merma siempre la probabilidad de que individuos que nacieron o habitaron en el nido vuelvan a él.
Dando buena cuenta de una paloma capturada en el entorno del nido
Nos gusta que personas de muy diferente condición (vigilantes, conductores de ambulancia, monjas…) se conviertan en informantes concienciadas sobre las evoluciones de nuestros queridos vecinos. Por nuestra parte, las veces que hemos dado este año con el halcón peregrino han consistido en observaciones de un ejemplar: dando cuenta en el nido de una paloma recién capturada, sobrevolando el edificio que lo acoge o posado, en el atardecer, atento a las evoluciones de decenas de estorninos negros que utilizan un pino piñonero cercano como dormidero.
Otras veces hemos hecho “agua”, pero no importa, sentir que está por aquí ya es suficiente. Si a ello le añadimos que estamos en el período más activo de reproducción de aviones y vencejos comunes, vecinos de edificio de la rapaz, la pasión por el pajareo urbano no decae. Eso en el aire y en los voladizos y huecos del edificio, porque en los jardines que le rodean mantienen la misma pasión primaveral verdecillos, carboneros, colirrojos, mirlos y palomas torcaces.
Con esta calle, cómo no se iba a acercar el halcón peregrino hasta Carabanchel
Recordaros también que los halcones de Latina y Carabanchel no son los únicos que habitan en la ciudad de Madrid. Tanto la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), como el número de marzo de la revista Quercus nos ponen al día sobre los ocho nidos ocupados en esta gran urbe. Todo ello hace que por estas fechas se multipliquen las posibilidades de encontrarnos con tan bello y veloz animal en nuestras rutas con escolares y familias de colegios, institutos, asociaciones y otros colectivos de Madrid. En Carabanchel hay hasta una calle con el nombre de Halcón desde la que se ve el nido del susodicho. Solo falta que tú vivas todas esta situaciones en vivo y en directo.
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