Hoy retomo las recetas familiares, esas que conforman un legado inmejorable y que atesora momentos alrededor de los fogones de la casa. Esas que se dan de abuelas a hijas, de hijas a nietas. Esas, cuyos ingredientes no pueden superar ninguna moda o influencia extranjera que se precie. Porque no sólo se recupera la receta, se rememora el momento en que se produjo aquel primer, segundo o último contacto con el producto en sí. Así que hoy te abro un poco mi corazón, mis experiencias más personales.
Es ésta la situación que se da con esta tarta. En casa, cuando cumplíamos años, siempre había dos tartas, una de galletas con chocolate, que creo que ya va siendo de obligada aparición por este blog, y otra, para “los mayores”, que era la tarta de manzana. Ahora que es buena temporada de manzanas se me metió entre ceja y ceja y pude afortunadamente salvar mi antojo. Llamé a mi madre, y le dije, “¿mamá, tendrás tú esa receta de tarta de manzana con almíbar de mermelada por encima que hacías cuando celebrábamos los cumples en casa?” y claro que la tenía. Entre sus apuntes, fui tomando nota hasta quedarla plasmada en mi desordenado recetario de cocina.
Por eso, esta receta, está sin medidas específicas. Las medidas se hacen con un vaso, como se tomaban las medidas antes. Y puedo decir que a mi me ha quedado exactamente con la de mi mami. Volver a degustarla me ha dado la oportunidad de cerrar los ojos y visualizar un montón de ruido de los gritos de los niños, de papeles de regalo por el suelo, del olor a velas recién sopladas.
Es una tarta densa con textura casi de flan, no te esperes que sea abizcochada. Dos avisos: 1) la receta es para un molde muy grande o muy profundo. 2) se puede congelar y queda perfecta descongelandola un par de horas antes.
PD: el plato era de mi abuela, lo que tiñen aún de más nostalgia la entrada de hoy.
Tarta de manzana
Ingredientes
- 1 kilo de manzanas
- 1 vaso de harina de trigo
- 1 vaso de azúcar
- 1 vaso de leche
- 3 huevos
- 1 sobre de levadurina
Reserva 2 manzanas para la decoración de la tarta. Pela el resto, pártela en gajos y cuece en un poco de agua hasta que se ablanden lo suficiente como para hacer un puré, que se será la esencia de la textura de esta receta.
Bate los huevos con el azúcar. Cuando estén aireados, añade la leche. Y a continuación la levadura, previamente tamizada, junto a la harina. Por último añade el puré de manzana hasta conseguir una pasta densa.
Pela las dos manzanas sobrantes y córtalas en gajos. De cada gajo, saca unos 4 láminas que irás colocando en forma circular de afuera hacia adentro. Ten cuidado de que no se hundan antes de meterla al horno.
Hornea a 180º aproximadamente una hora.
Almíbar para decorar la tarta
Ingredientes
- Zumo de medio limón
- 3 cucharadas de azúcar blanquilla
- 20 ml. de agua
- 100 g. de mermelada de melocotón o albaricoque
Calienta en una sartén el limón junto al azúcar y el agua hasta que se oscurezca. Para ello, ponlo todo a fuego medio y remueve constantemente para evitar que se pegue. Cuando ya haya oscurecido, añade la mermelada de melocotón o albaricoque y deja que se integren todos los ingredientes.
Hornea a 180º durante aproximadamente una hora.
Saca del horno cuando el palillo salga limpio del centro de la tarta. Prepara el almíbar.
Con la ayuda de un pincel de silicona o una cuchara, empapa la superficie de tu tarta aún en caliente.
¡Qué la disfrutes!
Si quieres seguir recuperando sabores, de esos que se dan de madres a hijas, de tías a sobrinas, de las vecinas… no te puedes perder la entrada, mi mejor pastel de queso. Y ¿tú? ¿tienes recetas familiares que te gustaría ver recreadas en este blog? ¡Mándamelas!
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