La televisión Argentina apesta

Aquí estoy, retornando a la escritura luego de sufrir una embolia televisiva que generó en mi, aun mas odio y asco hacia estos productos oriundos del siglo XX. Hoy no me enfocaré en las series del imperio yanqui, no trataré de relucir a la televisión de las five o´clock ni hostigaré paginas vecinas, sino tan solo intentaré denotar, para el bien de ustedes, lo apestosa que es la televisión argentina.

Cuando hablo de TV argentina me refiero a los Reality Shows tipo GH, cantando por un sueño, OT, etc, a los programas de chimentos tipo Canosa vs Rial, a las novelas enlatadas de algunos pobres canales de aire, de la repetición empalagada de Los Simpson, a los almuerzos fachos , a las burdas entrevistas de cierta abuelita rubia, al noticiero pro K, a la idiotez bien armada de Tinelli, a las repeticiones de repeticiones de repeticiones y a los losties unitarios de polka. Así se compone mi televisión, esto verían mis ojos sedientos de TV si no existiera el cable o Internet.

La Tv argentina apesta porque el 90 % de la programación gira bajo el mismo eje. Es así de simple. Lo que hace tal o cual programa lo reproduce (copia) otro y lo indagan en otros tantos y en el medio producciones repetidas, viejas y harto vistas, decoran la grilla de la televisión argentina. No existe mucho misterio ni gran genialidad para darse cuenta de esto.

Todo el mundo habla de Tinelli, para bien o para mal, amor u odio es lo que representa en el ciudadano argentino; existen también los intelectualoides que critican su contenido racionalizando Showmatch como si fuera un cuento de Borges. Aquí me detengo. El ser humano, digo filósofos, abogados, psicólogos, periodistas, políticos, obreros, carpinteros, maestros o carniceros, deben saber que época pisan y así fundamentar sus acciones, sus pensamientos, es decir, ver la realidad con los ojos epocales que les toca tener o que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época (lacan).

No justifico a Tinelli, tampoco a GH, ni a Susana ni a Mirta, no me gusta, no me entretiene, solo eso, por eso no los veo. Fin de mi (pobre) racionalización. ¿Por que no me gustan? Porque poseen poco entretenimiento, me cuesta permanecer frente a la pantalla cuando sus programas se encuentran al aire, no contagian, no existen los cliffhangers de TV, no atrapan, no poseen eso que no se puede explicar que hace que algo te interese en relación a otra cosa.

Ahora bien, no voy a defenestrarlos como filosofo del siglo XXI escondido en Kant, pero si voy a decir que apestan porque no producen ese plus necesario en mi. Algo similar me ocurre con los noticieros y en especial con 678, un misero programa mas papista que el papa que sin asco quieren retratar la realidad argentina a través de los medios mientras hacen campaña oficialista. Una mezcla imposible de ver, da vergüenza ajena.

Y para finalizar quedaron los losties de la televisión argentina, aquellos unitarios de canal 13 como Tratame Bien, Para vestir santos o el actual El Puntero que ofrecen un poco de aire a la grilla de TV argentina. Claro ejemplo es que en los últimos dos años, el martín fierro de oro se los gano dos de estas tres series. Premio respetado o no, es igual. Estos unitarios perdidos en la isla de la televisión Argentina marcan una diferencia, con poco, pero se saben separar de lo apestoso de nuestra televisión.