Cuenta Proclo en sus Comentarios al primer libro de los Elementos de Euclides que, cuando el rey Ptolomeo I le preguntó si había un camino más corto para aprender geometría que sustituyera a estudiar los Elementos, “Euclides respondió que no hay un camino real hacia la geometría”.
Euclides
La anécdota (como otras de Proclo, difíciles de contrastar) sirve perfectamente para ilustrar esta entrada. Ptolomeo I quiere atajar para llegar al conocimiento de la geometría, ahorrase el esfuerzo que suponía el estudio detallado de los Elementos. Y esta es una tentación que a veces puede asaltar a los que elaboran las leyes educativas y a los gobiernos que las promueven.
Siempre que se aprueba una nueva Ley Educativa (y desgraciadamente en nuestro país van ya demasiadas) la comunidad educativa se pone en alerta. Dos de los problemas más graves en el sistema educativo español son: la brecha de los resultados en los informes PISA (acrónimo en inglés del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos) respecto a la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); y la alta tasa de abandono escolar entre los jóvenes de entre 18 a 24 años, y que aunque estos últimos años se ha reducido, todavía es del 17,3%, partiendo hace no pocos años de porcentajes superiores al 30%. Esta tasa de abandono es la mayor de los países de la Unión Europea.
¿Cómo reducir estos porcentajes? Pregunta que va ligada a la de cómo mejorar los resultados de nuestro sistema educativo (que no es exactamente la misma de cómo mejorar los resultados en PISA, aunque está obviamente relacionada con ella).
Las soluciones pasan por una mayor inversión en educación, que se debería utilizar para mejorar la formación inicial de los profesores de primaria y secundaria, especialmente en Matemáticas. En efecto, se observan unas grandes carencias, que afectan en las primeras etapas educativas creando un problema que se arrastra (y agrava) en los años subsiguientes. Inversión en la formación continua de todo el profesorado. Inversión en profesorado de refuerzo para ayudar a los alumnos que tengan más dificultades, y llevando a la práctica, con todas sus consecuencias, eso que ahora tanto se repite de “no dejar a nadie atrás”. Impulsando una Formación Profesional actualizada, que permita que los alumnos con dificultades o que no quieran seguir estudiando, puedam encontrar un empleo digno y cualificado, y manteniendo pasarelas para poder volver al Bachillerato y seguir a la universidad si deciden cambiar el rumbo de su formación.
La tentación del camino real es la de rebajar contenidos, especialmente en matemáticas, la prueba del algodón de cualquier sistema educativo; crear itinerarios donde las matemáticas y las ciencias apenas aparezcan y facilitar el paso de curso sin grandes problemas. Esta tentación está siempre latente, y debemos combatirla si vemos cualquier atisbo. Porque, al final, no será más que maquillaje, enmascarará el problema a corto plazo pero no lo resolverá a medio y largo término, ni dará buenos resultados en la comparativa internacional.
Nos jugamos mucho para el escenario tras-Covid, tenemos una oportunidad de invertir buena parte de esos fondos europeos extra en acciones como la mejora del sistema educativo. Hagásmolo siguiendo el camino del esfuerzo.
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).