Todos hemos experimentado en alguna ocasión la sensación de estar perdiendo el tiempo al esperar en una cola (o fila). El fenómeno de las colas nos puede parecer algo natural, ya que esperamos en el coche al estar en un atasco, o en un semáforo mal regulado, o en un peaje; esperamos en el teléfono a que nos atienda un operador y en la cola de un supermercado para pagar; esperamos también en la cola a la entrada de un concierto o para acceder a un estadio….
Generalmente como clientes no queremos esperar, y los gestores de todos esos servicios que hemos mencionado antes no quieren tampoco que esperemos, pues va en contra de su propio negocio. Pero entonces, ¿por qué hay que esperar? La respuesta es casi siempre simple, en algún momento la capacidad de servicio ha sido (o es) menor que la capacidad demandada. Esta limitación se puede eliminar invirtiendo en elementos que aumenten la capacidad. En estos casos la pregunta es: ¿Compensa invertir? La teoría de colas intenta responder a estas preguntas utilizando métodos matemáticos analíticos.
Así, la teoría de colas es el estudio matemático de las colas o líneas de espera dentro de un sistema. Ésta teoría estudia factores como el tiempo de espera medio en las colas o la capacidad de trabajo del sistema sin que llegue a colapsarse. Dentro de las matemáticas, la teoría de colas se engloba en la investigación de operaciones y es un complemento muy importante a la teoría de sistemas y la teoría de control. Se trata así de una teoría que encuentra aplicación en una amplia variedad de situaciones como negocios, comercio, industria, ingenierías, transporte y logística o telecomunicaciones.
Pues bien, en este post no nos adentraremos más en ella. De momento me conformo con que, aquellas y aquellos que no lo supieran, conozcan esto de que existe una teoría que estudia “eso de las colas”, y os voy a invitar a ver una animación de Ferdinand Lutz titulada “Stay in Queue” (“Manténgase en la cola”) que trata precisamente de eso: de esperar colas… bueno, más bien de la frustración que se puede sentir esperando una cola y de lo compleja que puede llegar a ser la situación, porque ¿a quién no le ha parecido alguna vez que su fila es la que va más lenta de todas?
Os dejo con la animación y, por qué no, espero que os pueda amenizar la espera en alguna cola. Ya me diréis si os habéis sentido identificadas o identificados con el personaje.