The world keeps on getting smaller and smaller
And everything comes back full circle, full circle
Six degrees of separation
We all know someone else
It all comes full circle
It all comes full circle.“Full circle”, No Doubt
El psicólogo Stanley Milgram desarrolló en sus tiempos en la Universidad de Harvard sus experimentos para analizar el grado de conectividad e introdujo el concepto del mundo pequeño y la teoría de los seis grados de separación.
Este experimento de Milgram tuvo mucho eco en su momento, y sugería que la sociedad es una red de mundo pequeño, que solo había seis grados de separación entre dos personas en el mundo.
Milgram no se refirió a estos seis grados, pero este tema venía de más atrás. Parece ser que el escritor húngaro Frigyes Karinthy, inspirado por Guglielmo Marconi, escribió un cuento Cadenas (Láncszemek) sobre el reto de encontrar una persona que no estuviese conectada a él por otras cinco entre medias. Más tarde, el matemático Manfred Kochey el sociólogo Ithiel de Sola Pool iniciaron una colaboración en París en la que también participaba Milgram, y escribieron el artículo “Contacts and Influences”, a comienzos de los años 1950, artículo que se publicó en 1978. En este manuscrito ya se abordaban las ideas matemáticas detrás de estos temas de conectividad.
Frigyes Karinthy
Cuando Milgram volvió de París, inició su experimento, que estaba basado en cartas que debían comectar dos personas: si la primera conocía a la segunda, le enviaba la carta para ser devuelta a Milgram; en otro caso, la enviaba a alguien que podía conocer al destinatario, y así sucesivamente. Aunque el exprimento tuvo sus problemas, la media de contactos estaba entre 5 y 6, de ahí que se acuñara lo de los seis grados de separación (que por cierto, era la creencia de los ciudadanos de Budapest que inspiró el cuento de Karinthy).
Stanley Milgram
Desde entonces, el interés por el tema se desbordó, tanto en lo que se refiere a nuevos experimentos a semejanza el de Milgram (ahora con la snuevas tecnologías de la comunicación), como a modelos teóricos de redes como el de los matemáticos Duncan J. Watts y Steven Strogatz, de la Universidad de Cornell en 1998. Ese modelo fue generalizado poJr on Kleinberg, quién recibió la medalla Nevanlinna en el Congreso Internacional de Matemáticos (ICM) de Madrid en 2006.
Paul Erdös
Una década antes que Milgram, el matemático Paul Erdös había estudiado redes de este tipo, pero desde un punto de vista abstracto. Así, Erdös probó que si el número de enlaces era pequeño, entonces la red estaba fragmentada, pero si se aumentaba mucho la cantidad de enlaces, entonces la red o el grafo estaba prácticamente conectado globalmente, la distancia entre nodos es muy pequeña. En 1994, unos estudiantes inventaron el juego “seis grados de Kevin Bacon”: conectar un actor con Kevin Bacon por medio de actores de reparto de sus películas. El resultado fue sorprendente y generalizable a cualquier par de actores. Se trata de un “mundo pequeño”, porque hay un gran agrupamiento de actores. Si lo hacemos a la manera abstracta de Erdös, y los nodos de la red están conectados solo con sus vecinos, tendremos que poner enlaces alaeatorios para conseguir reducir la distancia. Es la idea de que lso enlaces débiles (los aleatorios) son los que aumentan la conctividad. Es lo que el sociólogo estadounidense Mark Granovetter llamó “la fortaleza de los enlaces débiles”.
El siguiente video contiene una magnífica descripción de la teoría de los seis grados:
y este contiene una explicación del propio Steven Strogatz
Los seis grados de separación han sido objeto de caniciones y películas, como “Babel” (2006), ganadora de un Óscar o “Six Degrees of Separation” (1993).
Las distancias sociales del coronavirus
Pero si el mundo es pequeño, y cada vez se hace más reducido ya que las redes sociales consiguen que estemos hablando de los cuatro o cinco grados de separación, nos encontramos en una situaciópn en la que se nos pide separarnos más. En efecto, la epidemia del coronavirus COVID-19 exige que nos mantengamos distanciados a fin de reducir la tasa de contagios. Las simulaciones publicadas hace unos días en el Washington Post sobre el coronavirus explicando a qué velocidad se expande el virus de acuerdo con las medidas de los Gobiernos es muy clarificadora. Como se dice en el artículo: “Eso es matemática, no profecía. La propagación puede reducirse, explican los profesionales de la salud pública, si las personas respetan el “distanciamiento social” evitando los espacios públicos y limitando sus movimientos.”
Este video (elaborado por The Washington Post) y embebido en el artículo Una simulación muestra cómo las restricciones del movimiento ayudan a ‘aplanar la curva’ del virus, de Eldiario.es explica de una manera muy simple la importancia del aislamiento.
Hagamos caso, ya tendremos tiempo de volver al mundo pequeño. De momento, para terminar con música, he aquí la canción de No Doubt
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Manuel de León (CSIC, Fundador del ICMAT, Real Academia de Ciencias, Real Academia Canaria de Ciencias, Real Academia Galega de Ciencias).