La terapia sexual

Durante las relaciones sexuales, como demostraron el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson, pasamos por una serie fases con marcados cambios fisiológicos en el organismo: deseo-excitación-orgasmo-resolución, si bien a estos autores se les olvidó un último componente psicológico de enorme importancia, la satisfacción.
La satisfacción o insatisfacción es claramente subjetiva y es el inicio de la mayor parte de las disfunciones sexuales. Descartar problemas fisiológicos es sencillo, por lo que el paciente que acude a consulta psicológica probablemente ya habrá dado ese paso.
Problemas como el vaginismo, la eyaculación precoz… tienen en la mayoría de los casos un origen psicológico. Una insatisfacción sexual reiterada unida a una sensación de frustración y ansiedad anticipatoria, van progresivamente afectando a la capacidad de las personas de excitarse y finalmente a la pérdida irremediable del deseo sexual, llegando incluso en los casos más severos a desarrollar aversión hacia el sexo.
Las principales causas psicológicas que interfieren en una relación sexual satisfactoria son:

• Falta de información o errores informativos en torno a la sexualidad.
• Actitudes negativas, perjuicios o malos sentimientos hacia el sexo y sus consecuencias.
• Conductas o actividad sexual inadecuada.
• Existencia de una mala relación de pareja.
• Inseguridad o falta de autoestima.
• Circunstancias inadecuadas, lugares, momentos…

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La terapia sexual intentará hacer “borrón y cuenta nueva”. Crear una nueva historia que elimine cualquier vestigio anterior, para lo cual la persona deberá aprender a relacionarse de una manera completamente distinta.
A la vez que se avanza con la conducta se irán eliminando todas aquellas ideas recurrentes de fracaso, de culpabilidad, de vergüenza… que son un lastre para una relación sexual satisfactoria, todos aquellos miedos que sin duda el paciente habrá ido acumulando a través de sus innumerables tentativas frustradas.

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