Este libro me llegó hace ya tiempo gracias a Popular libros y tenía muchísimas ganas de leerlo. Lo escogí sin haber mirado antes el argumento ni saber nada sobre él, solamente guiada por el título; no sé si me atrajo la ternura, los lobos o el significado conjunto, pero es de esos que deseas por algún extraño impulso. Y no me ha defraudado.
La historia se desarrolla en Dove River, Canadá, que es un pequeño pueblecito donde se han asentado los primeros colonos de esta zona tan inhóspita; son muy pocos aún y la mayoría son inmigrantes que han llegado desde Europa. La señora Ross descubre el cadáver de un trampero cuando estaba buscando a su hijo Francis, que había desaparecido -como en muchas otras ocasiones- porque suele discutir con su padre; sólo que esta vez ha coincidido sospechosamente con el asesinato del trampero. Una importante compañía peletera que opera en la zona envía una pequeña delegación de tres hombres para investigar el crimen y encontrar al asesino.
El trampero asesinado tenía un objeto en su poder que atrae a más personajes al pueblo, de tal manera que el número de sospechosos aumenta cada día. Un de ellos es, evidentemente, Francis, así que la señora Ross decide ir en su busca junto con Parker, un rastreador también interesado en esclarecer el crimen, pero por otros motivos… Y juntos viajarán por aquellas tierras, entre la nieve, siguiendo el rastro de dos personas y esperando que les lleve a la verdad para que el viaje no sea en balde.
Posible escenario de nuestra búsquedaCada capítulo está narrado en una voz diferente: una es la de la señora Ross, que nos habla en primera persona sobre las cosas que suceden, el miedo que pasa y las decisiones que debe de tomar pese a que correrán un sinfín de habladurías sobre ella; no todos los días una señora se va repentinamente con un desconocido hacia la tundra, en busca de su hijo. Y la otra voz es impersonal y cuenta en tercera persona las pesquisas de los miembros de la compañía y de los habitantes del pueblo. La parte de la señora Ross es la más interesante; digamos que la pobre mujer no es normal y yo no me la puedo imaginar vestida con una falda y viajando por la nieve. También hay un personaje que me gustó mucho porque me parecía algo desvalido pero era un chico muy honrado: Donald, uno de los hombres que envía la Compañía, que acaba enamorándose y sufriendo unas jornadas durísimas en medio de los bosques de Canadá.
Me ha parecido que el ambiente es un personaje más: cada vez que me ponía a leer, me adentraba en el frío, la nieve, el aullido de los lobos, el sol que se refleja dejándote casi ciego o las tormentas más terroríficas del norte de la Tierra. Sin duda, los tramperos se jugaban la vida buscando animales para malvender su pieles a las compañías peleteras que operaban por esas zonas; dejando aparte el tema de la despoblación de zorros, claro. Y por allí se adentra una mujer con un desconocido que puede ser peligroso y la única intención de demostrar que su hijo no es un asesino. Se descubrirán muchas otras cosas en la tundra, además de la identidad del criminal.
No le doy la máxima puntuación, aunque me ha gustado mucho, porque hay un par de partes en el libro que me han parecido bastante descafeinadas: quería saber muchas más cosas sobre algunos personajes y, sobre todo, quería otro final. Claro, yo siempre quiero que vivan felices y coman perdices los personajes que más me gustan, pero la realidad no tiene por qué complacerme… Afortunadamente hay algunas tramas que quedan resueltas muy satisfactoriamente para mí y mis deseos lectores
Es la primera novela de Stef Penney y aquí ya tiene una lectora que devorará sus próximos libros.
Título: La ternura de los lobos. Autor: Stef Penney Editorial: Salamandra Encuadernación: Rústica ISBN: 978-84- 9838-203-7 Páginas: 444 Precio: 19,50 €Propósito personal: sí lo cumple (me quedan 57) RETO 2011: Telurio Te
Imagen de aquí.