Los escaparates para mi son como los expositores de un museo. Me gusta admirar las cosas bonitas que existen en este mundo, sin comprarlo todo. Así puedo disfrutar de las posibilidades hipotéticas, mientras mi realidad se relaja con las ventajas del proyecto 333 en mi armario y mi filosofía minimalista. Ya verás: me he inventado hasta la tienda de mi museo del mundo.
Postales, libretas, libros e imanes
Una tienda de museo suele ofrecer dos tipo de objetos: postales, libretas y parecidos para que puedas recordar o compartir tu visita y material adicional para profundizar más en el tema. La tienda del museo de mi mundo cumple con los mismos requisitos con la ventaja de que solo lleva productos que yo quiero utilizar.
Mis escritos respiran bastante aire del museo de mi mundo. Lo que me rodea y lo que vivo es el punto de partida para reflexiones e ideas, muchas de las cuales aparecen en este blog o en mis libros. El mundo real es genial para investigarlo.
Tengo carpetas (virtuales) de investigación sobre temas que encontré en el museo de mi mundo. Al iniciarte en un tema aprendes un montón en muy poco tiempo, así que no tengo reparo en adentrarme en algo durante una o dos semanas para tener una buena base antes de decidir si vale la pena o no seguir.
Gracias a la cámara del móvil, puedo hacer tantas fotos como me apetezca. La tienda de mi museo contiene un montón de material para usarlo para presentaciones, para el blog o para ser creativa en el mundo físico.
Mi preferido: postales de recuerdo
Ahora que estoy haciendo el reto de las 100 postales, las imágenes han cobrado más protagonismo. Las fotos son un atajo a los recuerdos, así que son geniales para saludar a los amigos. Si no tienes opción de imprimir fotos, también puedes recortar imágenes de revistas. Ambos sirven para crear postales personalizados que puedes utilizar para recordar momentos bonitos juntos o compartir la inspiración que encontraste en tu propio museo del mundo.
¿Cómo implicasel mundo que te rodea en tu creatividad?
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Imagen: jmarconi / flickr