Revista Ciencia

La tontería de la semana: la NASA descubre a Nibiru... otra vez

Por Daniel_galarza

La tontería de la semana: la NASA descubre a Nibiru... otra vez

Fernando Correa y el honorable ratón
creando sus propios fake news, a ver quién les cree.

 Por un instante pensé que este fin de semana no tendríamos nuestra querida sección de "La tontería de la semana", ya que quería comentar un poco acerca de los cuestionamientos que ha recibido un estudio que hace poco menos de un mes era promocionado como "la mejor evidencia de la homeopatía." Pero la noticia que les traigo el día de hoy era tan especial que no pude resistirme. Así que, aquí estamos de nuevo revisando lo último del embuste paranormal, la venta de misterios y el negocio de la pseudociencia, con frecuencia muy redituables para sus practicantes pero bastante dañinos para sus clientes.
Y nada, el día de hoy tenemos el mayor descubrimiento del siglo: la NASA por fin ha descubierto el planeta Nibiru. Sí, ha encontrado evidencia indirecta de aquel noveno y apocalíptico planeta del que se supone ya hablaban los mayas, los chinos, los hebreos y los sumerios... ¿o será que la NASA descubrió algo distinto? No, según Jaime Maussán, aunque la NASA no lo admita.
The Goblin, un hallazgo emocionante

La tontería de la semana: la NASA descubre a Nibiru... otra vez

La órbita excéntrica de TG387 2015 en comparación con otros objetos transneptunianos. Como se puede ver, todos están lejos incluso de los planetas más alejados de nuestro Sistema solar. Imagen de Scott Sheppard y Molar Candanosa.


El escándalo actual sobre Nibiru o el planeta X, a diferencia de otras ocasiones (como en 2012), se basa en un auténtico descubrimiento: en 2015 se identificó un planeta enano, de unos 300 km de diámetro bautizado como TG387 2015. Este pequeño objeto, varias veces más pequeño que nuestra luna, ha llamado la atención de los astrónomos recientemente por su órbita increíblemente excéntrica: es 2000 veces más ancha que la de la Tierra, se extiende a 350 mil millones de kilómetros desde el Sol y nunca se acerca a más de 10 mil millones de kilómetros de nuestra estrella (casi el doble lejos que Neptuno). El planetoide se mueve tan lento y su luz reflejada es tan débil que tomó tres años de mediciones para determinar su órbita.
La forma y orientación de la órbita de "The Goblin" (de ahí las siglas TG) es lo que ha emocionado a los astrónomos, a la vez que es justamente lo que han tergiversado y explotado los vendedores de humo. The Goblin es parte de la nube interna de Oort,  lo que significa que nunca se acerca lo suficiente como para que su órbita se vea afectada por los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar.
"Y aquí es donde las cosas se ponen raras. Todos los planetas y asteroides (y los Objetos del Cinturón de Kuiper, en realidad) tienden a orbitar en el mismo plano; Si mirara el sistema solar "de lado" se vería plano. Pero más allá del disco disperso, se esperaría que los objetos tuvieran órbitas elípticas con una orientación bastante aleatoria. Por ejemplo, uno podría estar inclinado perpendicularmente con respecto al plano interno; otra estaría a 20 ° de inclinación, otra a 45 °, y así sucesivamente. Además, es de esperar que el eje largo de estas órbitas se dirija al azar hacia cualquier dirección del cielo."
Escribe el emocionado astrónomo Phil Plait, autor del blog y libro Bad Astronomy. Y continúa:
"¡Pero ese no es el caso! No se conocen demasiados objetos hasta ahora, pero resulta que muchos de ellos parecen tener una dirección preferida a su eje largo. Eso es inesperado; si están demasiado lejos para verse afectados por los planetas internos, ¿por qué sus órbitas están más o menos alineadas?"
Antes este problema, tal como sigue explicando Plait, en 2014 los astrónomos Scott Sheppard y Chadwick Trujillopropusieron la existencia de una "Super-Tierra", un planeta transneptuniano relativamente masivo (10 veces el tamaño de la Tierra) orbitando el Sol más allá del Cinturón de Kuiper. Este hipotético noveno planeta afectaría las órbitas de varios de los objetos cercanos a él, incluido el TG387, haciendo que todos estos tengan órbitas excéntricas y mostrando una dirección preferencial, más o menos como se ve en la siguiente imagen. Luego que Sheppard y Trujillo presentaran su propuesta para solucionar el problema de las órbitas de los pocos objetos transneptunianos que se conocen hasta hoy como The Goblin, otro par de astrónomos se ocupó de realizar el cálculo de la órbita de esta "Super-Tierra" al analizar las órbitas de los mencionados transneptunianos.

La tontería de la semana: la NASA descubre a Nibiru... otra vez

Órbita del hipotético noveno planeta, afectando las órbitas de los objetos transneptunianos. Y al igual que éstos, este supuesto planeta se mantendría siempre tan lejos que la Tierra nunca sería afectada en modo alguno. Lo que nos adelanta a decir que no, aunque exista, éste no es Nibiru.

Los cálculos para el esquivo noveno planeta motivaron a muchos para medir y observar aquellos objetos transneptunianos con el fin de descubrir a esta Super-Tierra. Es así que se logra determinar la órbita de The Goblin, la cual encaja con los cálculos para este noveno planeta, que lo estaría afectando gravitacionalmente. Algunos astrónomos son escépticos con estas hipótesis, pues no conocemos tantos objetos transneptunianos como para sugerir que estas órbitas excéntricas sean la norma y no la excepción. 
Los científicos también crearon una simulación por computadora con la que descubrieron que, la órbita de este hipotético planeta ser vería afectada producto de varios efectos o tirones gravitacionales. Lo bello de este modelo es que a su vez, la órbita del TG387 también cambiaría sutilmente para igualar los cambios del noveno planeta, teniendo un cambio de órbita sincronizado. Hasta aquí lo anunciado para su análisis y posteriores observaciones por parte de la comunidad científica. Algunos tienen altas expectativas en encontrar la Super-Tierra, aunque es más probable que, en los próximos días, sepamos del descubrimiento de objetos pequeños como The Goblin, primero.
Ni la NASA, ni los astrónomos general han hablado de algo como Nibiru, aunque muchos han gustado en llamar a este noveno planeta como el "planeta X", acto que si bien puede suponerse es bienintencionado con el fin de acercar los descubrimientos científicos al público general, es más que predecible que los vendedores de misterio abusaran de esto para crear confusión. Y así fue.
Descubriendo al inexistente Nibiru o las fantasías de Jaime Maussán
La noticia del TG387 2015 y la posibilidad de un noveno planeta, como ya se ha dicho, no pasó inadvertido por los magufos siempre atentos a los últimos hallazgos científicos para desvirtuarlos con sus chaquetas mentales. Y no tenemos mejor ejemplo de magufo desesperado por despotricar una cantidad preocupante de tonterías que el ufoloco de Jaime Maussán, alías el honorable ratón. Para que no se queden con lo que yo les cuento, aquí el "boletín de última hora" de Tercer Milenio, subido a YouTube hace unos días:

Son poco más de nueve minutos y medio de tonterías tras tonterías, con el apoyo de su incondicional farsante (que últimamente se hace pasar por astrónomo) Fernando Correa. Maussán y Correa aseguran que la hipotética Super-Tierra es Nibiru, el planeta X, Ajenjo, Hercólubus, así, asegurando que todos son lo mismo. Peor, nos comunica que las antiguas civilizaciones ya hablaban de este noveno planeta causante de calamidades en la antigüedad. Y eso tan solo antes de acabar los primeros dos minutos del video.
No, la Super-Tierra que algunos astrónomos especulan pueda existir en los límites del Sistema solar no es ni de cerca lo mismo que Nibiru, el planeta ficticio que Zecharia Sitchin aseguró descubrir luego de inventarse la traducción de auténticos textos e imágenes antiguas de los sumerios. Ajenjo (Wormwood) o la estrella amarga, no es un planeta, sino una referencia más bien ambigua del Antiguo y el Nuevo Testamento que bien podría ser una metáfora para referirse a la amargura de la que la Tierra se llenará hacia el fin de los tiempos; otros aseguran que tal vez puede referirse a algún rey o personaje hisórico, tal vez incluso es una representación simbólica del ejército huno, y es solo hasta tiempos modernos que tal término se asocia con el inexistente Nibiru. Hercóbulus es un hipotético planeta rojo más grande que Júpiter inventado revelado en el siglo XX por el médium Hercilio Maes, asegurando que éste causó la destrucción de la Atlántida; este mítico objeto se suponía que destruiría el mundo en 1999 y después en 2012. Algo que hay que recalcar, por si aún no ha quedado claro, es que ninguna civilización antigua habló nunca de un planeta más allá de Neptuno. De hecho, ninguna civilización antigua conocía planetas más allá de Saturno, el planeta visible más distante desde la Tierra. No saber esto es ignorar la historia de la astronomía fundamental, e inventarse planetas y asegurarles su identificación en la antigüedad es cosa de charlatanes, no de astrónomos.
En el video también se asegura que este noveno planeta podría ser Némesis, la hipotética estrella enana marrón hermana de nuestro Sol. Esto es sencillamente ridículo y solo es nos muestra que este par de chiflados hablan desde la ignorancia sin prestar atención a los datos, tal como muestra el investigador de ovnis Leopoldo Zambrano:
"Hablan de que es un planeta como Júpiter. Júpiter tiene 318 veces la masa de la Tierra, y la nota de la NASA habla de un cuerpo de 10 veces la masa de la Tierra. La relación con Nibiru, Ajenjo, Hercólubus o como quieran llamar a lo que según ellos ya se ha registrado, no tiene relación alguna, pues los datos que siempre han circulado sobre este imaginario planeta hablan de 5 masas jovianas, es decir 1590 veces la masa de la Tierra con una órbita de 3,600 años entre nuestro Sistema Solar y la Constelación de Orión, a 1500 años luz, un recorrido de 3000 años luz en 3600 años. Sería polvo porque los cálculos dan que su velocidad sería el 83 % de la velocidad de la luz, así que esta nota, dicha por ellos, es basura pura."
Para que quede más claro, 10 veces la masa de la Tierra no es lo mismo que más grande que Júpiter, que 318 veces la masa de la Tierra. Una enana marrón, por pura definición, es una estrella fallida varias veces más grande que Júpiter. Si el noveno planeta no llega ni a la mitad del tamaño de Júpiter, ¿cómo se supone que podría ser Némesis? Lo bueno es que Fernando Correa se vende como astrónomo y divulgador, si no, qué sería de la asesoría "sientífica" de Tercer Milenio.
Pero la tontería continúa, cuando Maussán nos dice que el acercamiento de este planeta puede afectar la gravedad de los planetas conocidos del Sistema solar. Más equivocado no se puede estar: los proponentes del noveno planeta aclaran que estaría tan lejos que su influencia gravitacional sería notable en los objetos transneptunianos, no con los planetas conocidos.
Dicho de forma breve y resumiendo, Maussán y Correa mienten. Ni se trata del planeta X ni  de Némesis, y ninguno de éstos a su vez son Nibiru, Hercólobus o Ajenjo, todos planetas ficticios inventados en épocas modernas, falseando y tergiversando algunas creencias y simbologías antiguas. La insistencia en que se trata de Nibiru, repitiéndolo hasta el hartazgo en el video, hace notar que Maussán busca vendernos una idea y hacer quedarnos con ella. Como en los cientos de otros reportes falsos del descubrimiento de Nibiru, éste está condenado a volverse solo uno más de la colección, un punto más en la lista  de mentiras y fracasos del que tal vez sea el ufólogo más desprestigiado y patético de Occidente: Jaime Maussán.
Otras noticias dignas de mención:
* El clóset LGBT nos informa de un pastor cristiano que aseguraba curar la homosexualidad, ahora ha contraído matrimonio con un hombre. Solo a través de la religión es que alguien en la actualidad puede creer que necesita reprimirse a sí mismo para valer como persona y buscar reprimir a otros.
* En un mensaje de septiembre, el papa Francisco afirmaba, básicamente, que el diablo es el responsable de los pederastas dentro de la Iglesia. Como jefe de la admirable teocracia que gobierna, dijo también que en parte había sido culpa de la Iglesia por darse cuenta de sus errores. Y así es como seguimos con más ejemplos de la Edad Media en el siglo XXI.
* Pablo Hiriart escribe "Conacyt: la ideologización de la ciencia", artículo que, aunque me parece más que cuestionable por su título (recuerden: la ciencia no existe en un vacío ideológico ni político), expresa algunos de los puntos más preocupantes y por los que se ha protestado insistentemente contra el nombramiento de Elena Álvarez-Buylla como directora de Conacyt.
*"La gata de Schrödinger" se divirtió bastante en esta feria new age donde se topó con lindezas como conferencistas que aseguraban que "los neutrinos son la base de la astrología" y joyitas similares... algún día haré lo mismo, nomas por diversión pura.
* Francisco Villatoro, en La ciencia de la mula Francis, nos habla sobre "el último artículo (póstumo) de Stephen W. Hawking". La impresión que me da es que suena a que tal vez esto es más una cuestión mediática (si usted tiene "Hawking" de autor, seguro que vende) que el verdaderamente "último artículo" de este célebre cosmólogo. Esto sobre todo porque el artículo se basa en cálculos ya expuestos desde 2010 en los que Hawking no tuvo nada que ver.
* "El timo de la música 8D: ni es 8D, ni 'engaña' a tu cerebro ni te hace flipar", artículo de Fran Sánchez Becerrill para el diario El Español, donde pasa revista por esta moda con excelente y falso  márketing detrás de ella.
* En Chile se dio a conocer que varios pilotos comerciales han sido testigos de extraños objetos no identificados en el cielo. Ante esto, el canal NTN24 hizo un breve debate sobre estos casos.  Me llama la atención que no se haya consultado con algún miembro de la Asociación Escéptica de Chile para hablar de estos casos que recién se dan a conocer de varios pilotos reportando ovnis. Lástima que solo estuviera uno que se mantuvo con los pies en la tierra y no echó a volar toda su especulación desenfrenada dentro de este debate. Más lamentable que se presentara a Fernando Correa como astrónomo y divulgador, cuando solo es un charlatán sin ningún mérito, bien conocido como ejemplo de pseudocientífico acá en México.

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