Situada al norte, tras las ruinas del pueblo, este cerro de 200 metros de altura domina el paisaje, cual atalaya defensiva. Antaño servía a pastores y campesinos para orientarse y ubicar el pueblo. Un majano en forma de cono (que se mantiene en pié) actuaba de faro, como era habitual en la Sierra Norte de Guadalajara.
Dicen que desde aquí la artillería bombardeaba Tamajón, en la zona republicana (el frente estuvo durante toda la guerra en el Sorbe) y que en la cumbre se conserva un búnker. Quisimos comprobarlo y subimos por la vereda que arranca desde la pista a Fraguas; en poco más de media hora llegamos arriba (hay otra senda desde la carretera de Arbancón, algo más larga y menos empinada).
El búnker impresiona: por su orientación oeste, forma semicircular y soterrada por el este, 2 entradas (una en curva), 3 arpilleras para disparar, poyete en la sala interior para el descanso,… Construido de hormigón, con muros de 40 cms de espesor se mantiene tal cual fue hecho, salvo por la maleza en las entradas. Nos preguntamos como subieron los materiales.
Está protegido por tres nidos de ametralladoras situados al sur, que vigilan la carretera de Arbancón. Desde aquí se contempla Tamajón a simple vista; asi los artilleros podían corregir el tiro observando el impacto con prismáticos. La distancia no supera los 8 kms en linea recta.
Abandonado al final de la guerra, quizás fuera el momento de recuperar este búnker, como parte de la historia y como mirador, ya que las vistas son espectaculares. De ellas hablaremos otro día.
Lar-ami
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