Foto de Internet. El hecho que siempre olvidan los nazimbéciles.
Tras unas elecciones marcadas en el todo por la Independencia, cómo si ello fuera el problema de todos los que tienen la malísima suerte de vivir en un terruño donde campa a sus anchas el nazimbécilismo más excluyente que conocido se haya en España, tenemos ahora que hablar de consecuencias o más bien, de responsabilidades políticas, sociales y sobre todo penales. El mero hecho de que un representante del Estado en una región, que ha jurado su cargo sobre la Constitución y ante el Jefe del Estado se erija en iluminado para lograr la emancipación de un territorio, no por voluntad popular, sino para tapar sus vergüenzas, sus miserias, las de su partido y allegados es, cómo mínimo, reo del delito de sedición. Llamar al pueblo catalán a que se revele contra el conjunto del pueblo español, sus intituciones y jefatura es, en cualquier país decente del mundo, un delito de rebelión y usar los fondos que estamos enviando los españoles para evitar que cierren hospitales para crear una estructura diplomática y de estado es, aquí cómo en la China, un delito completo de Traición.
Más información »