Revista Cultura y Ocio

La tristeza del samurai. Victor del Árbol

Publicado el 10 abril 2014 por Carmina
La tristeza del samurai. Victor del ÁrbolHacía mucho tiempo que me apetecía leer este libro, que su portada se había grabado a fuego en mi retina, sin embargo, nunca llegaba el momento de adentrarme entre sus páginas. La ocasión se pinto calva hace unas semanas, pase por la biblioteca a coger en préstamo el libro que mi hijo tiene que leer para el tercer trimestre, y como quien no quiere la cosa y a pesar de todo lo que tengo pendiente en casa por leer, me dio por pasearme por las estanterías de adulto, y mis ojos se volvieron a posar de nuevo en ese ejemplar, decidí no hacer caso a la vocecita gritona de mi conciencia que me conminaba a no añadir más lecturas a las que ya tenía pendiente y de allí salí más feliz que una perdiz con La tristeza del samurai y el libro de teatro que necesitaba mi hijo.
Incluso fui capaz de vencer la reticencia a leer en formato bolsillo, y es que mi vista se resiente mucho con esa letra tan pequeña. A los dos días de tener tan ansiado libro en casa me acometió una apatía sin precedentes, tenía los ánimos por los suelos, mi rodilla no mejoraba como se esperaba y yo acusé el golpe, además fisios y médicos parecía que querían tirar la toalla. No me apetecía leer, no me apetecía reseñar, y tenía entre manos un libro que no acababa de engancharme, decidí acometer la lectura del libro de Víctor, y para ser justa con él si no me atrapaba en las primeras páginas soltarlo, por aquello de aguardar al momento idóneo para volver a cogerlo.
Creo que fue precisamente tener esta novela entre manos lo que me ayudo a vencer la apatía, al menos la lectora, la reseñadora es harina de otro costal. No me quiero agobiar, tengo muy poco tiempo y muchos frentes abiertos, así que poco a poco irán apareciendo reseñas.
El autor:
Víctor del Árbol (Barcelona 1968) exseminarista, mosso d'esquadra i escritor, estudió historia antes de trabajar para el cuerpo de Mossos d'esquadra de la Generalitat de Catalunya.La tristeza del samurai. Victor del Árbol
Víctor del Árbol inició su andadura literaria siendo muy niño, leyendo en la biblioteca del barrio barcelonés de Guineueta, donde pasaba todas las tardes acompañado de sus cinco hermanos, hasta que su madre les recogía al salir de trabajar.
Dice el mismo autor "Decidí que quería ser escritor cuando gané un concurso de redacción con catorce años en el seminario y me regalaron el libro "Réquiem por un campesino español", de Ramón J.Sender". Cuatro años más tarde abandonó su vida de seminarista porque se enamoró.

En 1992 ingresó en el cuerpo de los mossos, del que ha sido miembro hasta 2012, "porque yo siempre quise formar parte de la realidad y, entrar en la policía en aquella época me servía para ayudar a la gente desde dentro y, además, formaba parte de un proyecto democrático y con una identidad muy romántica"

Colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE). Como escritor fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos. En 2011 publicó La tristeza del samurai (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, le Prix QuercyNoir y el Premio Tormo Negro.

En 2013 publica Respirar por la herida, con la editorial Alrevés. Y en mayo de este año año la editorial Destino publicará Un millón de gotas.


Sinopsis:

Diciembre de 1914. En una fría estación de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.


Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quienes deberá rendir cuentas, sino a su memoria.


¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existen la redención, el perdón o el olvido? Podemos llegar a ser, incluso antes de morir,  aquello que una vez soñamos? Isabel y María habrán de enfrentarse a esas preguntas en el curso de sus vidas, tan distintas y, a la vez, tan semejantes.


Estas dos mujeres son el origen y el final de una historia que nos llevará desde Extremadura hasta las estepas rusas y, más adelante, a la Ciudad Condal y a los paisajes de una España que durante cuarenta años se fingió dormida, con el fin de demostrarnos que no existen limites cuando luchamos por lo que anhelamos.


Mis Impresiones:

Había leído tantas reseñas positivas de este libro que se mi instaló el miedo en la boca del estomago desde el mismo momento en que comencé a leerla, no es la primera vez que las expectativas han sido tan altas, que el libro ha terminado defraudándome, y a ello se le unía que no estaba en mi mejor momento lector, a pesar de haber encadenado muchas lecturas más que satisfactorias. Sin embargo, pronto me di cuenta que estaba ante LITERATURA, si en mayúsculas. El autor es capaz de engarzar dos historias distintas en el tiempo y en el espacio, dos historias tan distintas y a la vez tan semejantes, dos historias que sin saber la una de la otra se han prolongado en el tiempo hasta confluir en la figura de María, una abogada de éxito.


Las claves del éxito de esta novela está en el buen hacer de Víctor del Árbol, en su prosa bella pero sin ornamentos, en las protagonistas femeninas, dos mujeres que nada tienen que ver entre ellas, y que sin embargo acaban unidas por lazos indestructibles. También en la habilidad para unir géneros distintos entre sí con maestría, porque La tristeza del samurai es una novela policíaca o criminal, también es una novela histórica porque en ella tienen cabida momentos de la historia más o menos reciente de España, la posguerra civil, la división azul, la democracia y los fallidos golpes de Estado, siendo uno de los puntos álgidos el del 23 F, todo ello sin poder considerarse una novela sobre este tema. Pero al mismo tiempo es también un thriller sicológico que desgrana en profundidad la psique de los personajes. También podría considerarse una novela coral por la multitud de personajes que se pasean por sus páginas... Una novela de trama compleja que Víctor sabe hilvanar con gusto para crear una novela que tardaré mucho tiempo en olvidar.


Ambientación:

Como he comentado antes, nos encontramos ante dos historias que terminan confluyendo en una.


La primera se desarrolla en Mérida, en los primeros años de la posguerra civil, con los camisas azules imponiendo su ley y aprovechándose de los bienes incautados, en estos momentos conocemos a la familia Mola, bien situada económica y socialmente. Su cabeza de familia ocupa un lugar importante en el partido, y está llamado a escalar rápidamente.


La vida de esa familia y los avatares que les acontecen le sirven a Víctor del Árbol para ir retratando los primeros años de dictadura, la actuación de la policía y su brutalidad, los juicios en los que el condenado recibía todo tipo de humillaciones y torturas a cambio de una confesión, sin la cual igual era ejecutado. La creación de la División Azul, y la participación de España en la II Guerra mundial al lado de los alemanes en el frente ruso.


Puede que esos fragmentos de la historia sean los que más han calado en mi ánimo, las condiciones de los soldados españoles no eran las mejores, no niego que algunos fueran voluntarios, pero los más fueron obligados, como Fernando Mola, o Pedro Recasens, mantenerse con vida en el frente no era sencillo, sin embargo las puñaladas más profundas no las asestaba el enemigo si no la propia familia...


De la fría estepa rusa la acción se traslada a Barcelona, donde ha sido destinado Guillermo Mola, donde contra todo pronóstico vuelve su hijo Fernando. Dónde comienza la segunda historia de la mano de María Bengoechea. Han pasado cuarenta años, y la trama ha avanzado, y comienza a confluir, porque la culpa roe las entrañas, aunque estas sean heredadas.


El tiempo:

Como he comentado anteriormente la historia se desarrolla durante cuarenta años, Comienza en 1941 y termina en 1981. Durante estos años, España pasa de una dictadura a una democracía que busca afianzarse. Víctor del Árbol hace un buen retrato de la sociedad de la época tanto en el pasado como en el presente. De su mano conocemos los excesos de los militares en la dictadura. Los horrores vividos por los soldados de la División azul, los primeros pasos de una democracia con la que parece que no todos están contentos y que pretenden derrocar y como colofón a todo ello la intriga para acabar con la joven libertad estrenada.


Por las páginas de esta novela desfilan personajes reales y personajes de ficción, hechos reales y otros frutos de la imaginación del autor, todos ellos hilvanados con elegancia y maestría, al servicio de unos personajes complejos y bien estudiados, que hacen las delicias del lector.


Los personajes

Como he dicho al principio cuando intentaba sin éxito encuadrar la novela, nos encontramos ante una novela coral, con una gran multitud de personajes, algunos se mantienen durante toda la novela y otras pasan a ser omniscientes en un momento dado.


Quizá lo que más llama la atención es lo bien dibujados que están todos y cada uno de ellos, y no solo desde el punto de vista físico, si no también desde el sicológico, y quizás este sea el punto más importante. Nos encontramos con personajes de carne y hueso, que hay momentos que traspasan el papel con su personalidad. A ninguno de ellos se le puede acusar de ser plano o anodino. Y sobre todo ninguno de ellos es malo o bueno, yo diría que todos y cada uno de ellos tiene una parte oscura, que hace que esta novela sea bastante pesimista, con distintos tonos de gris, pero sin concesión a la blancura, a la luz, al optimismo.


Víctor del Árbol saca lo peor de cada uno de sus personajes y  nos presenta su parte dulce y emotiva, pero también esa que todos desearíamos mantener fuera del alcance de los curiosos. La crueldad de algunos personajes es impresionante, y lo más triste de todo es que hay personas así, que matan sin remordimientos, que propinan palizas... que pagan para que liquiden a la persona que les molesta.


A Isabel Mola una de nuestras protagonistas ausentes la he podido entender, he comprendido sus decisiones, su angustia, su amor de madre. A María me ha costado más superar su frialdad, su dureza, creo que es un personaje al que no se le llega a querer por más que al final enmiende un poco todo el daño que ha hecho. Dos mujeres que no coinciden en el tiempo y que al final terminan teniendo alguien en común.


Hay personajes como Guillermo Mola, Publio, Lorenzo o Ramoneda a los que odiarás. Otros como Cesar Alcalá a los que  compadecerás. Y hay un personaje misterioso, muy importante en la trama que mueve los hilos en el pasado y este vuelve de lleno para presentarle factura, y tardaremos en descubrirlo, pero en cuanto lo hagamos todo empezará a cobrar sentido, y la trama comenzará a precipitarse hacía un final  de justicia poética.



La culpa

Si hay algo que sobrevuela durante toda la novela es la culpa, esa que termina condenando a tres generaciones de Alcalá por un crimen que no ha cometido, la que sobrelleva Fernando Mola, la que atenaza a María, la que consumía a Isabel, la que trata de ignorar Guillermo.


Pero también la que arrastra Cesar porque en busca de su verdad termina cometiendo ilegalidades. Las redes de la culpa son grandes y llegan hasta lugares insospechados y terminan por manchar a la mayoría de los personajes, de ahí que sea una novela en la que se dan cita una gran gama de grises, y en la que la única luz posible la pone Marta, la hija de Cesar Alcalá.


Conclusión:

Con todos estos ingredientes Víctor del Árbol ha aderezado una historia con dos tramas, ha conseguido que ninguna tenga más interés que la otra, ha ido dosificando la información con tanto acierto que mantiene al lector pegado a sus páginas aún cuando se van desvelando misterios. Ha incluido de forma satisfactoria personajes históricos y ficticios, hechos reales y otros frutos de la imaginación de su autor.


Con acierto nos ha hecho viajar a través de la historia más reciente de España, para dar un salto a la fría estepa Rusa y volver a nuestro país en una época diferente, pero con los mismos protagonistas, que si corruptos eran antes, corruptos siguen siendo.


Creo que es una novela que lo tiene todo para gustar al lector, guste este del género literario que guste, una trama bien hilvanada, personajes bien dibujados, tensión bien dosificada y justicia poética, que no coincide con las dictadas por las leyes y los hombres. Una historia diez, para un lector que sabe apreciar las pequeñas cosas...

Retos:
25 españoles
cruce de caminos negro y criminal
reto autores eternamente pendientes

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