Universidad de Chile dio un paso fundamental para poder coronarse en la Copa Sudamericana, luego de vencer por 1 a 0 a la Liga Universitaria de Quito en la final de ida, nada menos que en el cuasi imbatible “Estadio Casa Blanca” de la capital ecuatoriana.
Mucho se decía sobre la misión casi imposible que iban a tener los azules, ya que tenían que jugar en una ciudad que es 2.300 metros más álta que Santiago, en un reducto donde, en general, se hacen fuertes (incluso, hasta ayer, perdieron tres veces en los últimos cuatro años a nivel internacional -Boca, Sport Recife y Vélez fueron sus verdugos), y contra un muy buen equipo, que ganó las cuatro finales de torneos continentales que disputó (1 Libertadores -2008-, 1 Sudamericana -2009- y 2 Recopas -2009 y 2010-).
Sin embargo, esta ¿nueva versión del “Ballet Azul”? (de la cual se habló una semana atrás) no se asustó con semejantes antecedentes, y pudo imponerse ante el “Albo”, más allá de que en esta instancia, en caso de empate, ya no definen los goles de visitante. Ya al principio el entrenador Jorge Sampaoli pateó el tablero, y sacó al delantero Darío Castro, poniendo en su lugar a Albert Acevedo, volante de marca, encargado de contener a Ezequiel González, una de las figuras de las semis frente a Vélez, tarea que realizó de gran manera, salvo en el minuto 41 del primer tiempo, cuando metió un muy buen pase a Hernán Barcos, quien, inexplicablemente, tiró desviado.
Justamente, lo que sucedió después, termina siendo un caso que explica la frase “los goles que no se hacen en un arco, se terminan haciendo en el otro”. Porque cuando aún había hinchas de la Liga lamentándose por esa chance perdida, Marcelo Díaz hace un muy buen pase al claro, y de la nada, apareció Eduardo Vargas, goleador de la competencia, para dejar desparramado al arquero, y establecer el 1 a 0, que a la postre sería decisivo.
En líneas generales, y más allá de la anotación que deja más tranquila a la U (además, ganó su primer duelo de cuartos de final del torneo local frente a Unión Española), el partido fue, en sí parejo. No hubo un claro dominador del encuentro (quizá, si Sampaoli no hubiese decidido la férrea marca frente a “Equi” González, la historia habría sido distinta). Ambos equipos se repartieron las chances, aunque la Liga tuvo alguna más, como otra clara de Barcos que se fue desviada.
El 14 de diciembre, Universidad de Chile disputará la vuelta con un marco favorable: no solo definirá la serie en su cancha, sino también tendrá ese gol de más que los deja un poquito más tranquilos, haciendo que sus rivales tengan mayor presión. ¿Podrá la Liga revertir esto?