"El joven canadiense, que tendría a lo sumo quince años, había vacilado más de la cuenta."
Me gusta muchísimo leer a John Irving. Me tranquiliza. Me saca del mundo y me mete en el suyo y siempre acaba convirtiéndose en una buena experiencia. No sé si denominarlo "fetiche", pero sí que es cierto que le permito todo, soy capaz de perdonarle algún que otro fallo (pequeño, sin duda) que haría chistar la lengua a culaquiera, pero ya os digo, se resume en nimiedades.
Disfruto mucho de cada uno de sus libros, y este no iba a ser menos, a pesar de que es una historia bastante triste, cargada de nostalgia y sobre todo de resignación. Bueno, en la línea habitual a la que nos tiene acostrumbados el autor. Sus personajes están condenados desde el principio y no importa que la vida pase, no importa qué hagan para rellenar los huecos vacíos.
Os dejo con el book trailer que Tusquets preparó para su lanzamiento, para que os hagáis una levísima idea sobre qué ocurrió una noche de 1954 en Twisted River para que un padre y un hijo tuvieran que pasar el resto de su existencia esperando el inevitable desenlace.
Altamente recomendable para todos aquellos que valoran la lectura como un placentero retiro.
Traducción: Carlos Mila Soler