Revista Coaching

"La única diferencia entre un sueño y un objetivo es una fecha.

Por Ignacionovo

Autor: Edmundo Hoffens. Es un gesto simple. Nos abastecemos de calendario y bolígrafo y enmarcamos la fecha estimativa en la que pretendemos alcanzar un logro. Esta acción, apenas unos segundos, es un gesto que resultará determinante para nuestro progreso en la vida. Eso si, sólo si una vez hecho el trazo, nos ponemos a trabajar en ello y nos armamos de la plena convicción de conseguirlo. Si ya nos tiembla el pulso de antemano, nuestra mente se empezará a llenar de peros, carencias, dificultades y excusas y para esto somos ases.
Es imprescindible datar las fechas del cumplimiento de cualquier propósito en la vida. Es necesario establecer un límite prudente, rebasado el cual mejor desistir, porque así nos evitaremos dilapidar tiempo y las energías en una causa para lo que ni hemos hecho ni estamos dispuestos a hacer lo suficiente.
Mientras todo transcurre en el terreno de las teorías y en el planeta de las ideas, nos encontramos a gusto. No hay presión. La expectativa es el comienzo, el deseo viene después y, más tarde, la planificación. El momento crucial llega cuando una vez hecho todo eso, necesitamos responder al cuándo con coraje. ¿Coraje? Si, obviamente. Coraje para perder de vista el refugio seguro de la costa y aventurarse en un mar, que podrá parecer en calma, pero en el que seguro nos aguardan mil tormentas. Coraje para iniciar el camino sin saber muy bien cómo, pero confiando en que encontraremos la manera durante el trayecto. Coraje para entender que es imposible llegar a otro lugar si no abandonamos aquel en el que estamos ahora.
Tomemos de nuevo el bolígrafo del comienzo y marquemos en el calendario una fecha de consecución para lo que estamos pensando desde hace tanto. Hay que ser objetivo y prudente. Mañana no lo vamos a conseguir, por lo que resulta adecuado darse un tiempo razonable. Escribamos más tarde los pasos que andaremos para alcanzarlo; pequeños, apenas unos metros, pero firmes y exentos de vacilación. Tengamos la suficiente flexibilidad para cambiar la orientación si nos desviamos de la ruta y pensemos en la celebración espectacular que nos vamos a regalar al conseguirlo. Et voilà...
Si hacemos todo eso y nuestra meta nos inspira lo suficiente, llegaremos. Si dejamos pasar los días o nuestra meta es vaga, imprecisa, o incapaz de estimularnos, estaremos rumiando eternamente nuestro fiasco.
El mayor obstáculo para alcanzar lo que queremos somos nosotros mismosHay que atreverse a tener éxito, porque si bien la audacia comporta riesgo, es decisiva para el logro de todo empeño. Si sentimos miedo a la hora de establecer una fecha en un calendario, ya me contarás para sobrellevar y soportar todo el sacrificio que conlleva realizar algo que valga la pena.
Reflexión final: Decía Brian Tracy que si lo que estás haciendo no te acerca a tus metas, significa que tus acciones te están alejando de ellas. Cada decisión que tomamos o cada elección que hacemos, depende de nosotros y, o alargamos la mano para coger lo que queremos, o cruzamos los brazos para esperarlo.


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