Una historia de perfección. Una obsesión. Un querer y no poder. O un poder sin querer. O quizá un no querer del todo. Querer ser perfecta, aun sabiendo que la perfección no existe. Y que si existe impide que continúe la vida. Acaba con todo lo demás. No te deja seguir viviendo. Porque si ya has logrado el todo, ¿de qué sirve seguir respirando?
Hace días que quería escribir sobre Cisne negro, la película que ha llevado a los altares aNatalie Portman. Me dejó noqueada. Técnicamente buena, temáticamente magnífica.
Hoy Raquel Moyano me lo ha recordado en Twitter y no he querido dejar pasar más tiempo antes de escribir estas líneas y de dejaros el tráiler. Si aún no la habéis visto, no esperéis. Es una apuesta segura, premios al margen.
Yo, sin dejarme llevar por la psicosis, me quedo con una frase: "La única persona que se interpone en tu camino eres tú misma".